jueves, 15 de enero de 2015

Darwin y la filosofía





En clase de filosofía estamos tratando estos días la Teoría de la Evolución de Darwin, ¿Extraño, no? ¿Por qué en filosofía y no en biología? ¿Quizás porque no afecta solo al campo científico y su importancia no es únicamente biológica tanto como universal?

Hoy hablábamos de la innegable relevancia que tenían la biología y la genética en el desarrollo de la especie humana. Además, distinguíamos otro factor tan importante para nuestra supervivencia como los anteriores: nuestra capacidad de aprendizaje. Es esta capacidad de aprendizaje, primordial porque acelera la adaptación al medio sin tener que esperar a una mutación genética, el objeto de esta entrada.

La educación es considerada uno de los pilares fundamentales para el buen funcionamiento y el avance de las sociedades: nos centramos en conocer, en saber, en descubrir, analizar, racionalizar e innovar. Cuanto más se sepa, mejor, ¿o no? Pero... ¿es suficiente con saber? ¿Es solo conocimiento lo que lleva a una sociedad a ser mejor? Puede que en un sentido utilitarista y práctico, sí: mayores oportunidades laborales, mayor seguridad, más esperanza de vida... Sin embargo, ¿es suficiente? “No basta con el pensar científico-práctico para crecer como personas” decía la profesora.

El ser humano debe ser educado no solo en la racionalidad y el conocimiento, es también necesario que sea educado en valores como el bien y el mal, el derecho y el deber, lo ético y lo no ético, la libertad, la igualdad, justa... Pues a pesar de su aparente sentido abstracto, son las bases para el desarrollo de una sociedad mejor, no solo en el aspecto moral, si no también en su desarrollo más práctico. No se trata solo del conocimiento, si no del uso que hacemos de él.






2 comentarios:

  1. Concuerdo totalmente contigo en que el conocimiento, el saber, no es suficiente. En este punto, me gustaría enfatizar así la importancia de la experiencia, ya que sin experiencia el conocimiento no es pleno, ¿o sí? Para que se entienda mejor: tú puedes tener muchos conocimientos sobre música y puedes saber de memoria muchas composiciones pero, a la hora de la verdad, cuando tienes que tocar un instrumento (por ejemplo un piano) ¿lo sabrás tocar? De ahí la importancia de llevar las cosas a la práctica, de practicar, de ensayar. Puedes conocer realmente una cosa cuando la ejerces, cuando la sabes, en este caso, tocar. Por supuesto que son necesarios unos conocimientos anteriores, unos saberes teóricos, pero la teoría y la práctica deben ir siempre unidas, deben ir siempre de la mano.

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  2. Concuerdo contigo, Cristina, el ser humano se caracteriza por ser capaz de elaborar, almacenar, difundir, transformar, actualizar y perfeccionar los datos que obtiene de la experiencia directa y sacar conclusiones que le permitan mejorar su forma de vida, no tanto en un sentido utilitarista como también ético y moral.
    Y como decía en la entrada, debemos buscar el conocimiento por el placer del conocimiento, no debemos ver el saber, la educación como un mecanismo adaptable al mercado laboral, sino como una institución donde crecer como personas para luego volcar esos valores y conocimientos en la sociedad y mejorar nuestra forma de vida.
    Volviendo al tema al que te referías, la práctica y la teoría deben ir siempre de la mano, no solo para afianzar conocimientos, también porque nuestra vida es en definitiva práctica, no teórica.

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