El ser humano siempre se ha preguntado acerca de la
identidad. ¿Existimos en esta realidad, o solo es una alucinación provocada a
nuestro cerebro? ¿Y si descubrimos que la realidad es distinta a lo que siempre
hemos percibido, la aceptaríamos? ¿Qué es la identidad? ¿Puede esta cambiar? Y
si es así, ¿seguimos siendo la misma persona?
Desde el planteamiento de “el mito de la caverna” de
Platón hasta el día de hoy, con, como por ejemplo, la película Matrix o el texto Vivir en una cubeta, la gente se ha planteado si la realidad que
percibimos es verdaderamente real o está oculta. En el mito de Platón, lo
percibido son las sombras proyectadas en la pared de la cueva, y todos piensan
que esa es la realidad, pero cuando salen al exterior, ven que hay una realidad,
y no es la que siempre habían percibido, si no que la anterior era un simple
reflejo de la verdadera. En Matrix se va un paso más, y los humanos están
conectados a máquinas que les hacen ver como real una simulación creada por
unos robots y en el texto de vivir en una cubeta trata también de inducirle
alucinaciones a un cerebro. El problema es, que si no puedes percibir la
realidad, ¿cómo sabes que lo que puedes sentir no es la realidad?
Además, tanto en el
“Mito de la caverna” como en Matrix,
cuando alguien consigue descubrir la realidad, intenta mostrársela a los demás.
En el mito de Platón, el resto de los prisioneros no quieren aceptar que lo que
llevan viendo toda su vida no es la realidad, y se dice que en cuanto puedan
intentarán matar al que los intentó liberar. En Matrix también hay personaje que a pesar de que sabe que el mundo
en el que vive no es la realidad, prefiere seguir en él y ayudar a las máquinas
que les tienen atrapados antes que vivir en la realidad y perder todos los
privilegios que tiene en el mundo creado por medio de un programa informático.
Esta manera de pensar existe en la realidad, y la podemos observar en el caso
de los extremismos religiosos, que llegan incluso a condenar a muerte a
personas solo por creer que lo que ellos creen real no lo es, y que la realidad
es otra (como por ejemplo los yihadistas o la Inquisición en el pasado).
Otro de los problemas planteados en el texto es el de la
identidad, y es que, por ejemplo, hay estudios científicos que demuestran que
entre 5 y 10 es lo que tarda nuestro cuerpo en sustituir todos los átomos que
lo formaron en un momento específico. Entonces,
si nuestro cuerpo no tiene una sola partícula de las que tenía hace diez
años, ¿seguimos siendo las mismas personas?, y si lo somos, ¿Qué nos hace ser
una persona?
A nuestro parecer, sí que lo somos, ya que la identidad no va
ligado a algo físico como es el cuerpo, y aunque cambiemos de ideales, también
seguiremos siendo los mismos, ya que lo que nos da una identidad es nuestro
pasado, es decir, todo lo que hemos hecho con anterioridad, ya que es eso lo
que nos ha llevado a ser como somos en la actualidad.
Miguel Suárez
Elisa Sun
Miguel Suárez
Elisa Sun
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