martes, 15 de marzo de 2016

OSO BLANCO

Desde hace un tiempo ya conocíamos la serie Black Mirror, pero tras comentarla en clase nos decidimos a  recuperarla del olvido y a provechar para analizar este capítulo en concreto el cual nos llamó bastante la atención a ambas porque nos parece que guarda gran similitud con la realidad actual en relación a la sociedad y el uso de las nuevas tecnologías.

En un dormitorio, una mujer (Victoria) se despierta en una silla sin poder recordar nada de su vida. Al parecer, como resultado de un intento fallido de suicidio, Victoria está rodeada de fotos de una niña pequeña (quien ella asume que es su hija). Victoria ve un símbolo raro en las pantallas de televisión de la casa y un calendario en el mes de octubre, con todas las fechas tachadas hasta el día 18. Al salir de casa, Victoria ve que la gente está constantemente grabándola con sus teléfonos móviles. Al pedir ayuda y gritar a la gente para que la dejen de grabar, un hombre que lleva un pasamontañas con el símbolo que aparecía en las pantallas de las televisiones se baja de un coche, saca una escopeta y dispara a Victoria. Después de ser perseguida por el hombre enmascarado, pronto se encuentra con dos personas que están cogiendo suministros en una gasolinera. Uno de ellos es asesinado por el hombre enmascarado y la protagonista junto con la otra superviviente huyen. Jem (la superviviente) explica a Victoria que el símbolo alude a un transmisor llamado "White Bear" (Oso Blanco), cuya señal ha convertido a la mayor parte de la población en mirones estúpidos que no hacen nada pero graban todo lo que les rodea. Victoria y Jem no se ven afectadas, pero también son un objetivo para los "cazadores", entre ellos el hombre enmascarado. Jem tiene previsto llegar al transmisor de la señal para destruirlo.
(Atención spoiler a partir de este punto)
Por el camino se encuentran con un hombre que intenta matarlas pero consiguen librarse de él. Mientras continúan viajando hasta el transmisor, Victoria empieza a tener visiones de acontecimientos pasados y futuros. Cuando llegan al transmisor "White Bear" (Oso Blanco) para destruirlo, Victoria y Jem son atacadas por dos cazadores. Pero Victoria se enfrenta a uno de los cazadores y le quita la escopeta, para después dispararle, aunque de la escopeta solo sale confeti.
Las paredes del lugar donde se encontraban se abren para mostrar a un público aplaudiendo después de observar la aventura, Jem, el chico muerto y los cazadores saludan al público mostrando que todo había sido una farsa desde el principio. Victoria está atada a una silla, mientras le explican todo: la chica que Victoria asume que es su hija era en realidad una niña de seis años de edad, de nombre Jemima Sykes, a quien Victoria y su prometido, habían secuestrado a pocos kilómetros de su casa. Después de llevarla a un bosque cercano, él procedió a torturar y matar a Jemima mientras Victoria grababa sus acciones con su teléfono móvil. El "Oso Blanco", originalmente el peluche de la víctima, era un símbolo de la búsqueda a nivel nacional y de la investigación del asesinato, mientras que el símbolo que aparece en las pantallas y en la máscara del cazador era idéntico al tatuaje que llevaba el prometido de Victoria (quien se suicidó en su celda antes del juicio). Victoria recibió una sentencia en la que se somete a esta grabación multitudinaria cada día.Victoria, es colocada de nuevo en la silla del dormitorio, donde le ponen un aparato que le borra los recuerdos de los acontecimientos del día. El hombre responsable de todo esto, después de dejar a Victoria gritando en la habitación, baja al salón donde saca un rotulador negro y tacha el día 18 de octubre en el calendario, dejando todo listo para que Victoria pueda revivir los mismos hechos al día siguiente.
En los créditos finales, vemos como el personal se prepara para otro día de trabajo mientras suben a un escenario. Los mirones son miembros del público que están allí para ver sufrir a Victoria mientras graban el espectáculo con sus teléfonos móviles, como quien acude a ver un partido de fútbol o una representación de teatro. El episodio termina como empezó, con Victoria despertando en la silla del dormitorio sin recordar nada.

En el capítulo se aprecian varias perspectivas:
  1. Victoria: Desde el desconcierto de no recordar lucha por sobrevivir y porque no la maten, engañada por todos para ser un entretenimiento más. Condenada a vivir todos los días la misma tortura para pagar por sus crímenes o, mejor dicho, por los de su novio. ¿Acaso ella es peor que los mirones? En el fondo, lo único que ha hecho, por lo que le cuentan, es eso: mirar.
  2. Los cazadores: Juegan a ser Dios, ellos deciden cual debe ser el castigo de Toni. Es más, ellos deciden que Toni es culpable.
  3. Los “mirones”:  La función de estos personajes es la que más cuesta entender; el por qué, y su motivación a ver cómo una persona es castigada un día tras otro, puede que al igual que cualquiera de nosotros, sumergidos en la rutina. Es curioso, como los personajes más complejos son los más sencillos, los que más se parecen a nosotros. Puede parecer una locura compararnos con los mirones, nosotros no vemos cómo torturan a alguien todos los días. ¿Estamos seguros? Cuando ves una pelea en la calle, ¿qué haces? ¿Intentas pararla, o la grabas con el móvil? Cuando un tsunami o un terremoto arrasa tu ciudad ¿Intentas ayudar a los que lo necesiten, o lo grabas para subirlo a una red social y conseguir seguidores? Seguidores, “amigos”, a los que realmente no interesas en absoluto. Aquí hallamos la grandeza del ser humano, capaz de parar una pelea o ayudar a sus vecinos; y sin embargo, también su miseria, que prefiere mirar, divulgar y conseguir followers para engañarse creyendo que tiene a más como él que se preocupan por su bienestar, cuando está sólo ante una pantalla; es lo que ha elegido.

  1. Existe una cuarta perspectiva que es quizá la más interesante porque puede apreciarlas todas sin ser capaz de experimentar realmente ninguna: la nuestra, la del espectador que ve el capítulo. Podemos empatizar con cualquiera de los personajes, nos impactarán más unos que otros, o imaginar qué haríamos en su lugar pero lo cierto es que no ofreceríamos otra solución a la que dan los personajes porque no conoceríamos todas las perspectivas si realmente estuviéramos situados en una o, aunque lo hiciéramos, siempre creeríamos que la nuestra es la correcta, nunca la errada.


En resumen, ¿podemos ser jueces de la gente que nos rodea?, es decir ¿podemos tomarnos la justicia por nuestra mano?
Los “mirones” de nuestro capítulo se dedican a juzgar a otro ser humano y a infligirle dolor tanto físico como psicológico; pero nadie nos da la potestad para decidir si otra persona debe sufrir o morir (en el caso de la pena capital) por sus actos.
La base de nuestra existencia debería basarse en los Derechos Humanos y todos como personas, tenemos derecho a la vida y nadie posee el poder de comportarse como “un Dios” y decidir sobre la vida de otros, aunque por suerte o por desgracia esto nos ocurre a todos nosotros aunque ese tema se desvía un poco de nuestro cometido principal, y es el de hacernos reflexionar sobre el respeto hacia otros seres humanos.


Sati Deva Cancelas
Inés Fernández
1º BACH A


Enlace al capítulo de la serie:

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