LOS EXPERIMENTOS DE PAVLOV CON LOS PERROS
Los experimentos de este médico especializado en fisiología,
fueron considerados como crueles, pero se constituyeron en un aporte invaluable
para la ciencia del comportamiento moderna. Se le llama reflejo condicionado, a
aquellos reflejos relacionados a actividades normales, pero que se activan
mediante estímulos que comúnmente no se asocian con dicha acción.Su accionar,
se relaciona con la modificación de las reacciones del sistema nervioso,
creando nuevas conexiones entre causa y efecto. Pavlov no sólo habló de ellos
en teoría, sino que los demostró mediante un experimento. Quería demostrar que
puede condicionar respuestas entrenando a un ser vivo para que reaccione de
forma automática ante un estímulo repetitivo. Experimentó con perros. En un
principio, hacía sonar una campana antes de alimentarlos, así, los condicionó a
relacionar dicho sonido con la acción de comer.Al hacer sonar la campana,
detectó la secreción de saliva y jugos gástricos. Así, pudo demostrar que el
sólo sonido de la campana activaba el sistema digestivo de los perros, sin
necesidad de presentarles el alimento, sólo bastaba con ese estímulo auditivo
con el que entrenó a los perros, aunque faltara el estímulo del alimento. Finalmente,
al hacer sonar la campana, no se secretaron jugos estomacales, demostrando que
dicha acción estaba ligada a lo psicológico controlando lo biológico.
Gracias a los
resultados de los experimentos de Pavlov, la ciencia del comportamiento
adquirió un nuevo conocimiento, determinando que los seres vivos, e incluso los
seres humanos podían ser entrenados para cambiar su accionar mediante la
relación estímulo-comportamiento.
Hoy, la modificación del comportamiento se usa en medicina,
especialmente en el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso como
fobias y depresiones graves.
AGUA EN MARTE
El 19 de junio de 2008, la NASA confirmaba un
secreto a voces: el planeta Marte albergaba agua. Hacía muchos años que los
científicos estaban convencidos de ello, y es que así lo determinaban multitud
de estudios previos, pero faltaba la prueba física. Y esta llegó gracias a la
sonda Phoenix. Este vehículo explorador, lanzado el 4 de agosto de 2007,
cerraba el círculo encontrando hielo cerca del Polo Norte marciano.
Análisis posteriores determinarían que el
suelo marciano en el que aterrizó la Phoenix era alcalino y muy similar al de la superficie cercana a los
valles de la Antártida
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