lunes, 12 de diciembre de 2016

¿Son compatibles la ciencia y la fe?
Ante esta pregunta, no queda claro si existe acuerdo sobre la compatibilidad entre ciencia y fe. Se trata de un viejo debate; en general, no parece fácil admitir que ambas opciones son posibles para justificar determinados hechos, sin dejar de lado la posibilidad de que los científicos sean creyentes en la fe cristiana, musulmana o hindú.

Como criterio a favor de la incompatibilidad, se argumenta que mientras que la ciencia es abierta, la fe es cerrada. Al referirse como abierta significa que la ciencia es refutable; de forma que el descubrimiento de un científico puede ser rebatido al comprobarse que ya no es válido a partir de otros experimentos científicos, lo cual pueda traducirse en una nueva ley o teoría científica. El concepto de cerrado se aplica a la fe religiosa como la renuncia a la razón y la libertad de expresión. Se utilizan entonces referencias a libros sagrados, los cuales se consideran como doctrina que expliquen la realidad, las normas de conducta, la relación del hombre con su entorno. Ello puede suponer una visión limitada de forma que la fe constituye la base de los argumentos, completando los huecos de conocimiento sobre los que la ciencia aún no ha dado explicación.

Por otra parte, a favor de la compatibilidad entre ciencia y fe, se considera que la ciencia puede ser refutable y tiene como objetivo la búsqueda de la verdad para explicar un fenómeno real, para captar una realidad. Bajo el prisma de compatibilidad, se señala a la fe como algo complementario a esa realidad, de forma que se considera a la fe como una guía para encontrar el sentido de vida mediante la doctrina religiosa. Como ejemplo, se considera que la moral que dictan los mandamientos son, en realidad, recomendaciones para vivir en armonía y paz, respetando los derechos de la comunidad. Por ello, el objetivo de la religión no es sustituir a las leyes de la física o biología, pero sí darle sentido a la vida en el entorno social e intentar transmitir generosidad, humildad y perdón (en el caso del cristianismo católico).
No obstante, esto no significa que exista un sentido de la vida o interpretación de los textos religiosos único. Aquello que realmente es singular es la unión de una persona con su fe y la religión representaría el medio para que sea lo más humanitaria posible.

El argumento de que la fe es ciega no es exclusivo de las creencias religiosas. Las ideologías políticas, el poder económico también pueden influir sobre los individuos, sobre sus criterios y valores. En definitiva, el individuo puede creer en una religión y conocer y aceptar la ciencia. Así, puede elegir no sustituir ni la una ni la otra sino que considera que ambas complementan la forma de vivir y entender la realidad.

1 comentario:

  1. Creo que se comete un error al considerar la religión como la moral que propone. Principalmente porque si a una religión se le quitan los dioses y las fuerzas sobrenaturales que guían el universo y se encargan de premiar o castigar a sus integrantes según creen conveniente, lo único que queda es la ÉTICA. Que no es más que un conjunto de normas morales que alguien determinado cree que el resto de seres humanos debería seguir, con independencia de que posteriormente reciban una recompensa o no.

    La religión necesita, pues, esa parte sobrenatural para serlo, ya que, si no la tiene, no es religión, sino un código moral o algo similar. Y la creencia de que dicha parte existe es, por definición, anticientífica.

    ¿Son entonces, pues, compatibles la ciencia y la fe? Indudablemente. Solo que pueden serlo de la misma manera que alguien puede llegar a identificarse como de ideología liberal-conservadora: contradiciéndose. Y mientras las creencias anticientíficas de los científicos no interfieran en su trabajo, no debería haber ningún problema, porque al fin y al cabo los verdaderos científicos no son realmente creyentes: únicamente llenan un vacío de conocimiento mientras buscan otra respuesta. Científica, en este caso.

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