¿Quién soy yo realmente?
Es difícil decirlo
porque nuestra identidad personal tiene que ver con cómo nos comunicamos con
los demás, por eso decimos que la comunicación es una actividad social
constitutiva de lo que significa ser “ser humano”.
Muchas especies animales tienen sistemas
complejos de comunicación aunque ninguno como el ser humano. El lenguaje constituye
la base de nuestra identidad cuando decidimos “yo” para referirnos a lo que
creemos ser, ahora bien ese “yo” necesita de los “otros” para hacer su
aparición, es un proceso de interacción comunicativa en la que no todo es
lenguaje, pues también poseemos de un modo innato y aprendemos complejos sistemas de códigos no verbales, con
los que compartimos información no siempre de un modo consciente.
Para entender
este complejo proceso de comunicación los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham
idearon el modelo de Ventana de Johary para entender cómo procesamos la
información y cómo varía la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los
demás.
Es una interesante herramienta para el análisis de uno mismo y que
podemos aplicar en cualquier área de nuestra vida social.
Para entenderlo
nos imaginamos 4 cuadrantes o una casa con cuatro habitaciones.
La primera habitación
(área libre o abierta) es la parte de nosotros mismos que los demás también ven.
La
número dos (área ciega) lo que los otros perciben de nosotros pero nosotros no.
La tercera (área oculta) es el espacio
personal privado, lo que sabemos de nosotros mismos pero no queremos compartir.
La última habitación (área desconocida) es la
parte más misteriosa del subconsciente o del inconsciente que ni el sujeto ni
su entorno logran percibir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario