Aunque te parezca extraño la física no está muy distante de la metafísica, prueba de ello es
que lo que actualmente llamamos multiverso, ha saltado del mundo de la
especulación filosófica y la ficción a la física. ¿De qué estamos hablando? Pues es difícil decirlo porque se
trata de una conjetura que aventura la idea de que existen diferentes universos dentro del multiverso, y que a veces
son conocidos como universos paralelos. En otros contextos, también son llamados «universos
alternativos», «universos cuánticos», «dimensiones interpenetrantes», «mundos
paralelos», «realidades alternativas» o «líneas de tiempo alternativas».
En todo caso, mas allá de toda
evidencia objetivable, actualmente aquellos que se dedican a la física teórica se
plantean cuestiones metafísicas que en otro tiempo eran consideradas como mucho
ciencia ficción; por ejemplo, la hipótesis de si nuestro Big Bang fue único o
si por el contrario fue uno entre muchos (quizá infinitos). Así las cosas, ya
no estoy segura de poder hablar exclusivamente de un y un universo en singular, pues podemos
empezar a hablar de multiverso y quizá de manera bastante plural. La cuestión
es compleja y abstracta pero también es un desafío apasionante. El multiverso
es una hipótesis sugerente con la que los físicos se acercan a los temas
propios de los filósofos y los matemáticos.
La idea del multiverso está muy
lejos de la demostración empírica. Eso quiere decir que por el momento no es
física, sino metafísica, pero es una clase de metafísica que subyuga a nuestros
mejores físicos teóricos. Físicos de la altura de Leonard Susskind, Alan Guth,
Michio Kaku, Brian Greene o el propio Rees parecen convencidos de que nuestro
universo es solo uno entre muchos, tal vez infinitos, otros. Por supuesto, la
más mínima prueba experimental de lo contrario les hará cambiar de opinión. Eso
es lo que significa ser un científico. Pero hoy por hoy su opción es el
multiverso, aunque solo se apoyen en la filosofía del juez Potter Stewart,
cuando le enfrentaron al problema de definir la pornografía: “No sé definirla,
pero la reconozco cuando la veo”. Así es también el multiverso.
El multiverso es la solución para una increíble variedad de enigmas de la física. El gato de Schrödinger, por ejemplo, que vive o muere según un suceso cuántico del que solo es posible predecir la probabilidad, y que en nuestro mundo acaba apareciendo o bien vivo o bien muerto, completaría su biografía gracias a la existencia de dos universos: uno en el que el gato está vivo y otro en el que está muerto. Y hay muchos más argumentos a favor del multiverso.
El fondo de la cuestión no es tan metafísico como matemático. Si todo lo que permiten las ecuaciones puede ocurrir, deberá ocurrir en algún mundo. Ya puedes volver al chiringuito.
El multiverso es la solución para una increíble variedad de enigmas de la física. El gato de Schrödinger, por ejemplo, que vive o muere según un suceso cuántico del que solo es posible predecir la probabilidad, y que en nuestro mundo acaba apareciendo o bien vivo o bien muerto, completaría su biografía gracias a la existencia de dos universos: uno en el que el gato está vivo y otro en el que está muerto. Y hay muchos más argumentos a favor del multiverso.
El fondo de la cuestión no es tan metafísico como matemático. Si todo lo que permiten las ecuaciones puede ocurrir, deberá ocurrir en algún mundo. Ya puedes volver al chiringuito.
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