martes, 9 de diciembre de 2014

Comunicación y evolución

La comunicación en el mundo animal existe desde decenas de miles de años antes de la aparición del homo sapiens. La organización en manadas de algunas especies solo es posible mediante algún tipo de comunicación que permita alertar de peligros, defenderse en grupo o llevar a cabo estrategias de caza de cierta sofisticación como en el caso de los lobos. Estas manadas podrían considerarse formas básicas de sociedad. De hecho, son el germen de la sociedad tal como la conocemos actualmente. Esa forma de colaboración entre individuos fue la que permitió evolucionar a los primeros homínidos dando lugar a organizaciones más complejas como la de los neandertales o los homo sapiens. Los continuos avances en los estudios arqueológicos presumen una capacidad de lenguaje básico a los neandertales, así como una organización en “clanes” de pocos individuos. Al estar organizados en pequeños grupos el lenguaje básico que utilizaban era prácticamente inservible fuera del clan. Además, la escasez de sonidos no les permitiría formar frases con las que transmitir pensamientos de cierta complejidad. Esta inferioridad comunicativa frente a la del homo sapiens, parece ser uno de los principales motivos de su extinción, al tener limitada su capacidad para establecer alianzas con otros clanes y organizarse en grupos con los que desarrollar estrategias conjuntas.
En las condiciones de amenaza constante que vivían los neandertales y los homo sapiens, a un individuo que tuviese disminuido alguno de los sentidos necesarios para la comunicación (vista y oído principalmente), le sería prácticamente imposible sobrevivir, no sólo por tener limitada su capacidad de percepción respecto de los peligros que le acechan sino también porque debido a su incapacidad comunicativa no aportaría la participación necesaria para la supervivencia del grupo.
La evolución de la sociedad occidental ha permitido que personas físicamente disminuidas dispongan de medios alternativos de comunicación para no quedar excluidos de esa sociedad. También es cierto que en muchas sociedades existentes en la actualidad, nacer ciego o sordo implica una exclusión social por falta de los medios o conocimientos necesarios para eliminar esas barreras.

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