En la tónica de
mi compañero Yeray, voy a tratar el tema de las elecciones desde la óptica de
que los resultados, sean cuales sean, siempre son “positivos” a ojos de los
propios partidos políticos.
De las pasadas
elecciones, hemos podido comprobar que muchos partidos han perdido bastantes
votos en comparación con las elecciones del año 2011; bien porque han realizado
una mala gestión pública a los ojos de los electores, bien porque han
gestionado mal su propio partido. El caso es que la mayoría de ellos nunca
reconocen sus errores, y obtengan el resultado que obtengan, las cosas siempre
son positivas a sus ojos; que han bajado miles de votos, no pasa nada; que
están desintegrados y con muchos problemas internos y eso les perjudica de cara
al electorado, tampoco pasa nada.
El problema, es
que todos ellos parecen olvidarse de qué es lo importante, realizar una buena
gestión y gobierno y no “competir” en quienes son los más votados y quienes los
menos.
Esta es una línea
que siguen los integrantes de dichos partidos en todas sus actuaciones. Siempre
se centran en echar en cara unos a otros lo que hacen mal, sin ser capaces de
reconocer que ellos también lo están haciendo erróneamente. Es decir, no tienen
capacidad de autocrítica o auto concienciación, cuando realmente lo que a estos
convendría sería centrarse en sus propios ideales para adecuarlos a los
momentos en los que estamos viviendo y poder solucionar la situación en la que
vivimos, dejando de enfocarse tan solo en ser los supuestos ganadores y
comenzar a pensar en solucionar sus errores y en el pueblo en general.
Este hecho, a mi
parecer, perjudica sobre todo a los ciudadanos, pero también a ellos mismos, y
es que parece que con todas estas trifulcas, lo único que consiguen es
desencantar a los ciudadanos y que todos pensemos que casi todos son iguales.
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