Últimamente he estado pensando sobre la mala costumbre que tenemos las personas de valorar algo en su ausencia: valoramos el tiempo cuando lo estamos perdiendo, valoramos algunas personas cuando ya se fueron, valoramos el frío cuando hace calor y, cuando hace frío, deseamos que salga el sol. Por lo tanto ¿en qué momento dejaremos de posponer la vida?
Nos quejamos de todo lo que nos falta y olvidamos disfrutar de lo que nos sobra. No nos podemos martirizar por el pasado ni vivir pensando siempre en el futuro, lo que existe es el presente y tenemos que centrarnos en sembrar lo mejor que tengamos, cuidar lo que tenemos y valorar a las personas que nos rodean y nos aportan positividad.
Muchas veces se nos olvida parar un momento a pensar en las personas que nos quieren, ya no solo la familia, sino que también las amistades que nos aportan desde detalles a grandes cosas de manera desinteresada.En conclusión: ¿por qué no decir más a menudo “te quiero”? ¿por qué no pasar más tiempo con las personas importantes para uno mismo? ¿por qué no reír cuando estamos felices? ¿por qué no alegrarnos de lo que tenemos y aprovechar de ello?
Disfruta del presente, sé bondadoso y valora lo que tienes antes de que sea demasiado tarde.
Ana Queijo Canedo
1ºBach B
No hay comentarios:
Publicar un comentario