El libro de José Ovejero, «La ética de la crueldad», es un ensayo sobre
los libros crueles. En él, su autor, reflexiona sobre la crueldad en la vida y,
sobre todo, sobre el papel que puede jugar la crueldad en la literatura.
En la reflexión que hace, defiende que hay de los tipos de obras crueles: las que se sólo buscan entretener y las que pretenden provocar una reacción en el lector. Las primeras serían obras conformistas y las segundas inconformistas. En las primeras, la crueldad es utilizada sólo para entretener y como producto de consumo. Son obras que no exigen ningún esfuerzo y que no pretende hacernos pensar. Además son obras moralizantes que transmiten los valores establecidos en la sociedad. Este tipo de obras es el más abundante ya que forman parte del consumismo capitalista. Frente a este tipo de obras, las obras inconformistas responden al deseo de provocar una reacción en el lector, de romper su pasividad, haciéndolo reflexionar y cambiar de actitud ante la vida. El autor habla de “ética de la crueldad” para referirse a este tipo de obras.
En su ensayo, José Ovejero analiza una serie de “libros crueles” de diversos autores (Onetti, Martín-Santos, Jelinek, Cormac McCarthy, etc.) que constituirían un ejemplo de su teoría. De Cormac McCarthy analiza la obra «Meridiano de sangre», todo un ejemplo de libro cruel. De este autor también es la novela «La carretera» que constituye otro ejemplo de libro cruel.
«La carretera» cuenta la historia de un viaje que realizan un padre y un hijo de corta edad que luchan por la supervivencia en un mundo que ha sido destruido por una hecatombe que no se nos explica. La civilización ya no existe y en el mundo ya no quedan animales y no crecen cultivos. Los escasos recursos alimenticios son perseguidos desesperadamente por los supervivientes y, a medida que la sociedad se desintegra, el ser humano aparece como la última fuente de alimento para muchos y el canibalismo se convierte en práctica habitual. En su viaje por la “carretera” buscando el mar y temperaturas más cálidas, los dos protagonistas van buscando alimentos, lugares en los que acogerse y huyendo de los bandidos y caníbales que ahora pueblan la tierra. La descripción de este viaje contiene escenas de extrema violencia cometidas por seres humanos totalmente degenerados. ¿Es este el destino de la humanidad? ¿Es esta la carretera que nos espera? «La carretera» es una novela cruel que nos hace pensar en la posibilidad de autodestrucción de la especie humana y, quizás, en cómo evitarla.
En la reflexión que hace, defiende que hay de los tipos de obras crueles: las que se sólo buscan entretener y las que pretenden provocar una reacción en el lector. Las primeras serían obras conformistas y las segundas inconformistas. En las primeras, la crueldad es utilizada sólo para entretener y como producto de consumo. Son obras que no exigen ningún esfuerzo y que no pretende hacernos pensar. Además son obras moralizantes que transmiten los valores establecidos en la sociedad. Este tipo de obras es el más abundante ya que forman parte del consumismo capitalista. Frente a este tipo de obras, las obras inconformistas responden al deseo de provocar una reacción en el lector, de romper su pasividad, haciéndolo reflexionar y cambiar de actitud ante la vida. El autor habla de “ética de la crueldad” para referirse a este tipo de obras.
En su ensayo, José Ovejero analiza una serie de “libros crueles” de diversos autores (Onetti, Martín-Santos, Jelinek, Cormac McCarthy, etc.) que constituirían un ejemplo de su teoría. De Cormac McCarthy analiza la obra «Meridiano de sangre», todo un ejemplo de libro cruel. De este autor también es la novela «La carretera» que constituye otro ejemplo de libro cruel.
«La carretera» cuenta la historia de un viaje que realizan un padre y un hijo de corta edad que luchan por la supervivencia en un mundo que ha sido destruido por una hecatombe que no se nos explica. La civilización ya no existe y en el mundo ya no quedan animales y no crecen cultivos. Los escasos recursos alimenticios son perseguidos desesperadamente por los supervivientes y, a medida que la sociedad se desintegra, el ser humano aparece como la última fuente de alimento para muchos y el canibalismo se convierte en práctica habitual. En su viaje por la “carretera” buscando el mar y temperaturas más cálidas, los dos protagonistas van buscando alimentos, lugares en los que acogerse y huyendo de los bandidos y caníbales que ahora pueblan la tierra. La descripción de este viaje contiene escenas de extrema violencia cometidas por seres humanos totalmente degenerados. ¿Es este el destino de la humanidad? ¿Es esta la carretera que nos espera? «La carretera» es una novela cruel que nos hace pensar en la posibilidad de autodestrucción de la especie humana y, quizás, en cómo evitarla.
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