domingo, 26 de abril de 2015

Emoción y razón, ¿de la mano o por separado?



Recientemente leí una entrevista de la revista Redbook a la actriz Kaley Cuoco (http://www.redbookmag.com/life/news/g2507/kaley-cuoco-sweeting-interview/?slide=2), más conocida como Penny por su papel en The Big Bang Theory. En ella al ser preguntada si se consideraba feminista respondió: ¿Estaría mal si dijera que no?, añadiendo después Yo nunca fui esa chica feminista reclamando igualdad pero eso es porque realmente nunca me he encontrado con desigualdad. Ante esto mi actitud hacia ella dio un cambio radical, pasando de parecerme una persona coherente a un tanto ignorante con respecto a su entorno. Ignorante ya que no se me ocurre un solo lugar en todo el mundo en el que la desigualdad entre géneros no exista y ni tan siquiera en el que tenga trazas de desaparecer.
Dejando a un lado sus ideologías con respecto a la situación de la mujer en la sociedad, me surgió otra duda, ¿afectaría el conocimiento de la actitud de Kaley hacia el feminismo, a mi forma de ver y a mi disfrute de The Big Bang Theory? Esta misma pregunta me volvió a la mente hace un par de días en TdC, cuando la profesora apuntaba la relación entre la emoción y la razón. Siendo humanos y acostumbrados como estamos a las emociones, ¿es posible juzgar a una persona por un acto suyo sin estar influenciado por el resto? En el caso de Kaley comprobé que sí, dado que su ideología no influyó en mi percepción de sus habilidades teatrales. Otro ejemplo es el de Albert Einstein, un célebre científico conocido mundialmente por sus aportes a la física, el cual también maltrataba a su mujer. Aun conociendo su deplorable personalidad, esto no evita que se reconozcan sus logros en el ámbito de la ciencia.
Pero estas dos situaciones no justifican de forma adecuada si se pueden separar la emoción de la razón, pues las dos son de personas, en última instancia, desconocidas. Quizá si Einstein fuera mi vecino y yo fuera testigo de los gritos de su mujer (aquí entran en juego las propias percepciones, que acentúan las emociones) mi horror hacia su personalidad sería tanto que sus importantes contribuciones a la física no me importarían. Por tanto, ¿en qué medida podemos discernir la emoción y la razón?

2 comentarios:

  1. Aunque como bien dices en la entrada es cierto que a veces sí podemos separar determinadas actuaciones de una persona sin que nos influencie nada más, me gustaría resaltar el hecho de que como personas conformamos un todo aunque son numerosas las ocasiones en las que se nos juzga por un único acto, o por una primera impresión que generamos en los demás. Por ejemplo, si el primer día que conocemos a una persona vemos como le grita a otra, probablemente ya no queramos acercarnos a ella porque la calificamos de “inmadura”, “maleducada”...
    Dejando a un lado las impresiones que los demás causan en nosotros, que sin lugar a dudas influyen en nuestra percepción de ellos, me gustaría hablar de cómo pueden influir los conocimientos de una persona "experta" en un campo determinado en los demás campos. https://www.youtube.com/watch?v=HuIMmwJbnco . En este fragmento de la serie Sherlock, observamos como el protagonista, una persona aparentemente muy inteligente y capaz de resolver cualquier crimen, no sabe que la tierra gira alrededor del sol, porque considera lo considera algo innecesario y una distracción de lo realmente importante. Esto me llevó a plantearme lo siguiente: Como personas ¿Debemos conocer una serie de datos para ser aceptados y respetados en la sociedad?

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