Estos días
recibíamos la noticia de que los Estados Unidos capitaneados por el
republicano Donald Trump decidían abandonar el acuerdo de París para
combatir el cambio climático. Esta noticia me llevó a recordar que ya lo
había propuesto en campaña y que nosotros ya lo habíamos tratado en el
Parlamento Europeo.
Sí, en la estancia
en Estrasburgo con el grupo del instituto que ganamos el Euroscola 2016,
debatimos en el hemiciclo parlamentario con otros jóvenes de la UE
ganadores del concurso en sus respectivos países. Yo participé en la
comisión de energías renovables y cambio climático y allí tocamos temas
variados, el impuesto al sol, la importancia del nivel socioeconómico de
los países a la hora de implantar energías limpias... y la posición de
los EEUU en este campo. Todos coincidimos en que una de las primeras
potencias mundiales a nivel económico no debía negar algo tan evidente y
que en pocos años puede arrasar países enteros, extinguir múltiples
especies y arruinar las economías de muchos países.
Trump siempre se
posicionó en contra, siempre hizo creer a los americanos que el cambio
climático era un "cuento chino", siempre apeló a la fortaleza de su país
para superar los desastres, pero ahora ha llegado al límite. Deja una
alianza coja y debilitada, que reduce significativamente la posibilidad
de afrontar con éxito un desastre que nosotros mismos hemos ayudado a
causar.
Si el nivel del mar
aumenta es bien cierto que su país no será el primero en desaparecer
por su gran extensión, pero sí uno de los que antes perderá kilómetros
de costa, sobre todo en Florida. Y lo peor, es que argumenta que lo hace
por beneficiar a la economía de su país cuando la OCDE estima en más de
416 mil millones de dólares las posibles perdidas en el PIB
estadounidense y las grandes empresas del país han manifestado su
desacuerdo con la decisión presidencial.
Pero esto no es
cuestión de uno solo. El resto de países están anunciando que mantienen
el acuerdo. EEUU se queda al margen en compañía de Nicaragua y Siria,
los dos países de la ONU que no firmaron el pacto. El futuro esta por
ver. La deserción no tendrá valor hasta dentro de cuatro años.
¿Recapacitará el inquilino de la Casa Blanca en este período?
¿Recapacitará la sociedad estadounidense que lo hizo presidente?
¿Demostrarán el resto de partidos países, y especialmente la UE, que
pueden asumir el reto sin los EEUU?
Antía Vilas Olveira
1º BAC B
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