viernes, 2 de junio de 2017

Un cambio que niega el cambio

Estos días recibíamos la noticia de que los Estados Unidos capitaneados por el republicano Donald Trump decidían abandonar el acuerdo de París para combatir el cambio climático. Esta noticia me llevó a recordar que ya lo había propuesto en campaña y que nosotros ya lo habíamos tratado en el Parlamento Europeo. 

Sí, en la estancia en Estrasburgo con el grupo del instituto que ganamos el Euroscola 2016, debatimos en el hemiciclo parlamentario con otros jóvenes de la UE ganadores del concurso en sus respectivos países. Yo participé en la comisión de energías renovables y cambio climático y allí tocamos temas variados, el impuesto al sol, la importancia del nivel socioeconómico de los países a la hora de implantar energías limpias... y la posición de los EEUU en este campo. Todos coincidimos en que una de las primeras potencias mundiales a nivel económico no debía negar algo tan evidente y que en pocos años puede arrasar países enteros, extinguir múltiples especies y arruinar las economías de muchos países.

Trump siempre se posicionó en contra, siempre hizo creer a los americanos que el cambio climático era un "cuento chino", siempre apeló a la fortaleza de su país para superar los desastres, pero ahora ha llegado al límite. Deja una alianza coja y debilitada, que reduce significativamente la posibilidad de afrontar con éxito un desastre que nosotros mismos hemos ayudado a causar. 

Si el nivel del mar aumenta es bien cierto que su país no será el primero en desaparecer por su gran extensión, pero sí uno de los que antes perderá kilómetros de costa, sobre todo en Florida. Y lo peor, es que argumenta que lo hace por beneficiar a la economía de su país cuando la OCDE estima en más de 416 mil millones de dólares las posibles perdidas en el PIB estadounidense y las grandes empresas del país han manifestado su desacuerdo con la decisión presidencial. 

Pero esto no es cuestión de uno solo. El resto de países están anunciando que mantienen el acuerdo. EEUU se queda al margen en compañía de Nicaragua y Siria, los dos países de la ONU que no firmaron el pacto. El futuro esta por ver. La deserción no tendrá valor hasta dentro de cuatro años. ¿Recapacitará el inquilino de la Casa Blanca en este período? ¿Recapacitará la sociedad estadounidense que lo hizo presidente? ¿Demostrarán el resto de partidos países, y especialmente la UE, que pueden asumir el reto sin los EEUU?

Antía Vilas Olveira
1º BAC B       

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