"La exigencia de que Auschwitz no se repita
en la primera de todas en la educación"
Theodor W. Adorno
El violinista de Auschwitz
Se
acerca el día de la Conmemoración del 27 de enero, día en que las tropas
soviéticas liberaron el campo de Auschwitz en 1945, y vuelvo a considerar las
lecciones de memoria que la Historia nos aporta, porque como digo a menudo,
conocer la Historia es importante pero no basta, pues de ella no podemos
extraer principios éticos.
Otra cosa es la memoria, que nos permite reconocernos cada mañana en el
espejo no solo como seres humanos, sino como personas decentes que procuran no
aumentar el sufrimiento y la injusticia ya existente en el mundo. Por eso la
memoria nos recuerda que somos humanos y por lo tanto responsables de los
otros, sin los cuales no somos.
Pero en el caso del Holocausto ¿debemos seguir recordando lo que pasó? Es verdad que eso ocurrió en un
tiempo que no es el nuestro, que no hemos vivido, por lo que se nos presenta la
paradoja que acompaña a la noción de responsabilidad, ya que esta tiene que ver
con lo que uno hizo, así pues ¿cómo voy a sentirme responsable de lo que yo no
he hecho?
Es verdad que muchas veces digo que no podemos sentirnos afectados de
todos los males e injusticias de este mundo, pues podríamos sentirnos abrumados
por tanta responsabilidad, pero sí puedo pediros que consideraseis un momento,
¿qué pasaría si el Holocausto fuese solo tema de trabajo histórico?; ¿qué
pasaría si una vez desaparecidos todos los que tuvieron experiencia, a través
de su época, sus familias, vecinos, contemporáneos; ya nadie hiciese el
esfuerzo doloroso de recordar aquello de lo que es capaz el ser humano al
intentar poner límites a lo humano?
Creo sinceramente que es mi obligación trasladaros esta aparente paradoja ética sobre la necesidad de sentirnos responsables, al menos por un tiempo, de la Realidad, de la Existencia, del Holocausto, y de la necesidad de volver a ella cada vez que perdamos el camino en nuestra conducta ética. Pues no olvidemos que el propósito de Auschwitz era destruir a hombres, mujeres y niños porque eran judíos, o bien no se acomodaban al proyecto del Tercer Reich. No olvidemos que desde el Estado se movilizaron ciudadanos, científicos, funcionarios, empresarios, militares, políticos, artistas, profesores, comerciantes, agricultores, y un largo etc., con el propósito de conseguir, según la jurisprudencia nazi: "la eliminación de los elementos dañinos al pueblo y a la raza".
Creo sinceramente que es mi obligación trasladaros esta aparente paradoja ética sobre la necesidad de sentirnos responsables, al menos por un tiempo, de la Realidad, de la Existencia, del Holocausto, y de la necesidad de volver a ella cada vez que perdamos el camino en nuestra conducta ética. Pues no olvidemos que el propósito de Auschwitz era destruir a hombres, mujeres y niños porque eran judíos, o bien no se acomodaban al proyecto del Tercer Reich. No olvidemos que desde el Estado se movilizaron ciudadanos, científicos, funcionarios, empresarios, militares, políticos, artistas, profesores, comerciantes, agricultores, y un largo etc., con el propósito de conseguir, según la jurisprudencia nazi: "la eliminación de los elementos dañinos al pueblo y a la raza".
Sigo creyendo que la condena retrospectiva de los verdugos, siquiera
simbólica, constituye un acto inexcusable de justicia. Por eso el próximo día
de clase volveré someterme al tercer grado de vuestras preguntas, pues ¿qué
sentido tendría lo que hacemos en nuestras clases de Filosofía, sino
encontraseis susceptible de reflexión y debate lo que allí acontece?
Para pensar:
"La Solución Final". En 20 de
enero de 1942, a 40 kilómetros de Berlín, se reunieron los principales
líderes del partido nazi y oficiales del gobierno alemán, en la llamada
Conferencia de Wannsee, presidida por el entonces máximo responsable del
Tercer Reich, Reinhard Heydrich.
Fue allí donde se organizó y se
dispusieron las medidas a adoptar, para cumplir con el objetivo marcado por
Hitler que exigía, en cumplimiento de las Leyes raciales de Núremberg,
exterminar a toda la población de origen judío de Alemania y de los países bajo
su influencia, en la llamada “solución final”.
Esta película es una recreación histórica de dicho
acontecimiento, que marcará una de las páginas más vergonzosas de nuestra
cultura occidental y de la historia de la Humanidad.
Os invito a que veáis esta la película:
Conspiracy (2001) del director Frank Pierson. Aquí os propongo unos
fragmentos para empezar a pensar. (Ver práctica: 11)
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