“Ser
o no ser, esa es la cuestión”
es la frase introductoria del soliloquio de Hamlet y la frase más
famosa de las obras de Shakespeare, utilizada por este para reflejar
la lucha interna (vida – muerte) que experimenta Hamlet.
En
filosofía la noción de ser
es una de las más complejas, prevaleciendo preferentemente, ser
como sustantivo (nombre abstracto), y sinónimo de entidad o de ente,
independientemente de que su existencia sea o no física.
¿Es
el ser
un concepto filosófico que designa al mundo objetivo, la materia, la
cual existe independientemente de la conciencia, el pensamiento, o
las sensaciones?, ¿qué relación hay entre la parte material del
hombre y la parte espiritual llamada alma, razón, entendimiento o
mente?
Son
muchas las interpretaciones del ser,
a lo largo de la historia de la filosofía, desde Parménides hasta
Heidegger ha sido objeto de distintas especulaciones metafísicas.
Parménides
describe el ser
como
lo que hay o existe, en general. Todo lo opuesto a la nada.
Según
Platón es propiamente la idea, siendo ésta: inmaterial, absoluta,
perfecta, eterna e inmutable.
Aristóteles
define el ser
como sustancia, compuesta de materia y forma; las cuales están
unidas inseparablemente.
En
el pensamiento medieval, el ser
se corresponde con la modalidad de existencia más perfecta, que es
Dios.
Spinoza
y Hegel en particular, y en el pensamiento moderno en general, se
identifica al ser
como necesidad con el pensamiento, siguiendo en gran medida las
aportaciones de Parménides. Así, según Hegel, «lo que es racional
es real, y lo que es real es racional».
Para
finalizar Martin Heidegger, filósofo existencialista contemporáneo,
que en su obra “Ser y Tiempo”, concreta el ser
en el llamado “ser-ahí”,
término para designar al único ente que es capaz de hacer la
pregunta por el ser; el hombre como ente privilegiado, pues solo él
mantiene una específica relación de reconocimiento consigo mismo.
Y
tras lo expuesto y retomado la frase “Ser
o no ser, esa es la cuestión”,
es evidente, que la manera de pensar de las personas va a condicionar
su vida, y su forma de actuar y sus hechos construyen su destino.
Pero,
¿realmente existimos o solo tenemos la sensación de existir, de
estar?
Irea Salgado Moure 1º B Bach
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