jueves, 6 de junio de 2019

Ganar o aprender

Este es el título del libro que escribió Noa Pothoven, una chica holandesa de 17 años, que pidió morir para acabar con el sufrimiento y dolor psicológico que llevaba arrastrando desde los 14 años (edad en la cual sufrió su segunda violación). Tras varios intentos de suicidio Noa fue aceptada en un centro médico holandés para practicarle la eutanasia.
Con todo esto no quiero entrar en ningún debate sobre si la eutanasia o el suicidio son acciones moralmente correctas.


Lo que está claro es que lo que ella realmente necesitaba era hablar y ser escuchada. Su “vida” desde los 14 años ha sido una constante llamada de atención. ¿Por qué creo esto? Muy sencillo: 
Hoy en día el sufrimiento psicológico no está reconocido, prácticamente no recibe atención ni interés, sin embargo una persona con una enfermedad física es atendida inmediatamente y recibe el tratamiento y la atención necesaria, porque claro, se puede morir. ¿Acaso una persona con sufrimiento psicológico no se está muriendo? 
Vivimos en una sociedad que solo reconoce la muerte como un deterioro físico, es decir, cuando nuestro corazón o cerebro dejan de funcionar, no nos damos cuenta que la funcionalidad de nuestros órganos lo que nos hace es sobrevivir.
Hay algo que la mayoría de nuestra sociedad todavía no tiene claro, y es la diferencia entre vivir y sobrevivir. VIVIR significa DISFRUTAR y SER FELICES, encontrar nuestra tranquilidad y comodidad en el mundo.


Noa Pothoven fue tratada por su anorexia y por sus intentos de suicidio. Inmovilizada y aislada para que, según los jueces, no se autolesionara, para que no se matara. Todas estas personas no cayeron, o no quisieron caer, en la cuenta de que su vida había terminado desde hace mucho y no hicieron nada por intentar revivirla.


Hablo de ella como podría hablar de cualquier otra persona en su misma situación. Vemos esto tan alejado de nuestras vidas que cuando vemos una noticia así nos limitamos a criticar y decimos “no lo entiendo”...¿cómo podemos decir esto? Posiblemente sea por un mal planteamiento de la pregunta. Realmente la cuestión no es por qué se mató, sino, qué fue lo que le mató. 

Dejemos de ver las cosas como queremos y como resulta mas fácil y satisfactorio para nosotros mismos porque a lo único que nos lleva eso es a la deshumanización.



Sofía Pérez García. 1ºB

No hay comentarios:

Publicar un comentario