Para mí, hay
una respuesta muy clara, por supuesto que conlleva una responsabilidad hacer
afirmaciones.
Los seres
humanos continuamente estamos transmitiendo información y no siempre nos
paramos a pensar si lo que estamos afirmando o negando es verdadero. En teoría
deberíamos ajustarnos a la verdad, sin dejar que nuestros pensamientos,
emociones, creencias y otros factores cambiasen nuestra percepción sobre la
realidad, pero no siempre lo conseguimos.
Las
consecuencias de afirmar algo influirán de alguna manera en nuestro entorno o en
los receptores que reciben la información, positiva o negativamente.
Normalmente,
no nos paramos a pensar en las consecuencias o el cargo que pueden acarrear
nuestras afirmaciones .Muchas veces a lo largo de nuestras vidas mentimos
conscientemente, quizás para hacer daño, para evitar más sufrimiento a otras personas, para engañar,
etc, aunque partamos de la base que la mentira es algo perjudicial. Pero sin
embargo, en otras ocasiones, aunque creamos que estamos afirmando algo
totalmente verdadero porque nuestras experiencias o el conocimiento que
nosotros tenemos así nos lo hacer creer, y otra vez inconscientemente otra vez
transmitimos falacias y bulos, por lo que las consecuencias serán las mismas
que si fuese intencionadamente.
En resumen,
creo que debemos ser fieles a la realidad cuando tratamos un tema. A partir de
estas reflexiones cada uno debe juzgar que decir, como abordar los temas
tratados y someterlos a crítica para poder llegar a un mensaje más “real”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario