El lenguaje está considerado por muchos filósofos como el
“sexto sentido” de los humanos, un sentido que nos permite interactuar, conocer
y hasta comprender elementos del entorno que nos rodea. Y esa capacidad es la
que nos diferencia de las demás especies, por lo que se puede afirmar que el
lenguaje es un trazo característico de la humanidad.
A partir de esta información es común preguntarse cuál es el
origen del lenguaje, pero sobre todo qué es lo que nos hace ser capaces de
entender un lenguaje y de utilizarlo para relacionarlo con nuestros semejantes.
Tradicionalmente, se han distinguido dos posturas alrededor de estas
cuestiones: en primer lugar, la postura nativista o racionalista, que considera
crucial el componente innato del ser humano de cara al aprendizaje del
lenguaje; mientras que la postura empirista o ambientalista opina que es
gracias al entorno, la sociedad y los estímulos externos como los humanos
aprendemos el lenguaje.
Personalmente, me encuentro en una postura intermedia, quizá
un poco más orientada hacia el pensamiento empirista. Por una parte, considero
que el cerebro humano está diseñado para interrelacionar elementos de la
realidad, dotarlos de significado y asociar ideas y conceptos. En ese sentido,
nuestro cerebro tiene una capacidad superior que los de las demás especies a la
hora de comprender el lenguaje y utilizarlo. Esto sería, en mi opinión, el
componente innato del lenguaje.
Por otra parte, considero más importante para el ser humano
lo que propone la postura empirista sobre el aprendizaje del lenguaje. Aquí es
donde quiero citar algunos aspectos de la película “El milagro de Anna Sullivan”.
Hellen, la muchacha sordociega, ha vivido todo el tiempo anterior a la llegada
de Anna aislada del mundo, en cierta manera. Muchos de sus sentidos estaban en
condiciones óptimas, y la niña deseaba aprender, deseaba comprender e
interactuar con el mundo que la rodeaba; aun así, no era capaz de hacerlo.
Pero… ¿por qué? Si la capacidad de aprender el lenguaje dependiera solo de lo
innato, Anna debería de haber desarrollado una forma de comunicarse, un
lenguaje que no tendría por qué ser igual al humano pero que debería de
ayudarla a comprender los objetos que tenía a su alrededor e identificarlos.
En la película se da a entender que Hellen había asociado a
objetos o personas que consideraba importantes con unos símbolos, como hacía
con su madre. De todas formas, opino que lo hizo por necesidad, necesidad de
comunicarse con ella y de que comprendiera qué era lo que necesitaba en cada
momento. Y ésa es la razón principal por la que opino que los humanos
desarrollamos la capacidad de comunicarnos a través de un determinado lenguaje:
por NECESIDAD.
Un bebé llora cuando necesita algo, llama la atención de sus
padres, les comunica de esa manera que tiene hambre o que necesita asearse.
Mientras a Hellen no le habían impedido obtener lo que quería porque la
consideraban no apta para aprender modales y disciplina, no tuvo la necesidad
de comunicar casi nada. Pero cuando llega Anne y le obliga a doblar la
servilleta y a comer con cuchara, y sino le retira la comida, Hellen se ve de
alguna forma obligada a aprender a comer con cuchara para que su maestra le dé
la comida.
Por último, retornando al componente innato, también es
importante citar las afirmaciones de Anne relativas a las ganas de aprender, de
comprender lo que tiene alrededor Hellen y de expresar lo que quiere o siente.
El conjunto de todos estos aspectos es, según mi criterio, el
fundamento del aprendizaje del lenguaje: la necesidad de comunicar, de
aprender, de interactuar con el entorno para obtener de él lo que necesitamos.
La necesidad de vivir.
Efectivamente tal como dijo el conocido dramaturgo griego Esquilo: "La fuerza de la necesidad es irresistible"; sin embargo, Helen, aparentemente tenía cubiertas sus necesidades más elementales de subsistencia, al tiempo que las destrezas y modales adquiridos, parecían satisfacer las expectativas de sus padres, salvo su hermanastro que cree, al igual que la profesora Sullivan, que un ser humano necesita aprender algo más para vivir como tal. En la película se nos muestra como la necesidad de abrirse al mundo de los significados, a través del lenguaje, constituye una necesidad humana irrenunciable.
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