lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Gente con diferentes bagajes culturales y lingüísticos vive, en cierto sentido, en mundos diferentes?


Todas las personas vivimos en el mismo mundo si nos estamos refiriendo al espacio geográfico. Pero cada una de las personas que en el habitan tiene sus costumbres, su lenguaje, su percepción de la realidad y también su entorno social propio.  Es decir que la gente que vive en un país tiene diferentes modos de vida que la que vive en otro, por lo tanto, se puede decir que viven en mundos diferentes. Pero estas diferencias no solo se establecen por el lugar donde habitas, sino que también, por la religión que profesas, por el lenguaje y por tus habilidades o inquietudes.
Pero, en realidad, todas las personas del mundo vivimos atadas a nuestras percepciones, a lo que vemos, a lo que escuchamos, a lo que los medios de comunicación nos quieren enseñar, a nuestro entorno social. Cada país del mundo tiene sus propios ideales que son promovidos y cumplidos por cada una de las personas que en el habita. Por ejemplo: en China, los horarios de trabajo son mucho más extensos que España, las vacaciones menos duraderas y los sueldos menores, lo que provoca que los chinos sean más trabajadores, que produzcan mayor cantidad de productos que vender y que, por lo tanto, la economía del país sea más elevada comparada con otros. En Alemania hoy en día hay más puestos de trabajo y menos paro debido a que, las horas de trabajo son menos pero el sueldo es muy bajo, lo que provoca que la mayor parte de la población tenga que tener varios trabajos para poder vivir, ya que, por el contrario, los productos son de precio elevado.
Podemos apreciar que hay grandes diferencias entre nuestro país y los demás. Y son estas las que provocan que el mundo más próximo que nos rodea sea muy distinto al que se encuentra más lejano.
Da la impresión que no vivimos en un mismo mundo porque el modo de vida es muy distinto. Los medios de comunicación y nuestro entorno social también tienen mucho que ver en este tema. Hoy en día somos como una multitud guiada por el concepto de la moda, de la tecnología y de las “celebrities”. Somos muy influenciables ante los cambios que se producen en la sociedad, actuamos como robots, hacemos lo que la mayoría de la gente hace y no nos guiamos por lo que verdaderamente pensamos. Por ejemplo, en el caso de la moda, cada año las tendencias cambian, y nosotros con ellas.
Otra de las diferencias que hacen que parezca que vivamos en diferentes mundos es el lenguaje. Este concepto se percibe cuando viajamos a otro país donde se habla una lengua diferente a la nuestra. Si no conocemos la suya, nos sentiremos perdidos y no entenderemos absolutamente nada. La lengua la empleamos para comunicarnos con nuestro entorno y es un modo específico escogido por la comunidad para nombrar las cosas que perciben y para expresar sus pensamientos a los demás a través de las palabras. Entonces, en el hipotético caso de que viajara a Alemania, sentiría que no encajo allí, que no es mi mundo, que no es mi modo de vida, debido a que no puedo comunicarme con nadie porque no entiendo su idioma. Pero estas diferencias en el lenguaje no existen sólo entre países, sino que también dentro de la propia comunidad. Hay variedades de la lengua que cambian según el grupo social al que uno pertenece. Es decir, los adolescentes / jóvenes tenemos unos vocablos que empleamos entre nosotros pero que los adultos no utilizan usualmente. Esto se denomina como competencia pasiva y competencia activa. La competencia pasiva son aquellas variedades de la lengua que no se emplean pero que se entienden, y la competencia activa son aquellas que se utilizan para expresarse. Palabras como: cunde, matizar… son vocablos empleados por la juventud, por lo tanto, para los adultos formarían parte de su competencia pasiva.
Pero, en mi opinión, cada una de las personas que habitamos en la tierra vivimos en nuestro propio mundo, aunque no lo expresemos. Cada uno de nosotros tenemos nuestros propios ideales y nuestros propios gustos. Pero como vivimos formando una gran multitud influenciada por millones de cosas cada día, hace que nos parezcamos a la comunidad en que vivimos, y al mismo tiempo hace que nos distingamos de los lugares que se encuentran más lejos de nosotros.

Ana Arias Calvo

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la parte del ensayo en la que has comparado lo distinto que es la vida en países como China y Alemania, porque eso yo lo desconocía en gran medida

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