La
mentira no es algo positivo para mantener o conseguir la confianza
con una persona o con un grupo. Pero, en ocasiones, es beneficioso
mentir para poder conseguir un propósito o simplemente para alegrar
o hacer un favor a alguien. Por eso, es necesario distinguir entre
mentiras buenas y mentiras malas.
Hay situaciones complicadas en las cuales la verdad dolería,
entonces se opta por mentir para no causar un daño al otro. Siempre
hay que pensar en lo que puede derivar una mentira, es decir, como se
sentirá la persona una vez que descubra la verdad. También hay que
tener en cuenta como nos sentiremos nosotros mismos sabiendo que no
estamos siendo sinceros, porque viviríamos agarrados a una mentira y
siempre con el temor a ser descubiertos y a sufrir las consecuencias.
Por
ejemplo: en el caso de que a un familiar se le haya diagnosticado
cáncer y sólo lo sabe la familia. La cuestión es: se le dice o no?
En este caso mentir no sería tan malo, porque si éste sabe el
estado en que se encuentra puede sumirse en la tristeza, tirar la
toalla y no disfrutar del tiempo que le queda de vida. Por lo tanto
se consideraría una buena mentira, ya
que se dice para no hacer daño.
Entonces,
cuando una mentira es mala?
En mi opinión es cuando mentir solo beneficia a la persona que lo
hace y perjudica a todos los demás. Es decir, que miente para
encubrir algo malo que ha hecho o algo que sabe que si se supiera
acarrearía perder algo que posee y que verdaderamente le importa.
Estoy de acuerdo en que todo el mundo tenemos fallos, pero hay que
aceptarlos y asumir las consecuencias, porque si se esconden, cuando
se descubran será peor que si se hubieran contado. Porque una
pequeña mentira sin demasiada importancia acaba convirtiéndose en
una mucho peor, y una vez descubierta volver a conseguir la confianza
es muy complicado.
Ser un mentiroso está mal visto en la sociedad.
Por ejemplo, uno de los cinco preceptos morales de la religión
Budista es: no mentir o hablar inapropiadamente; y dentro de los
cuatro vicios, la mentira es uno de ellos. Pero, quién no ha mentido
alguna vez? Todos hemos mentido y mentimos. Por lo tanto lo que
hacemos es compensar nuestras mentiras con buenas actuaciones.
Una
mentira mala sería, por ejemplo; ocultar que se está siendo infiel
con la pareja, falsificar
los datos del currículum para poder ingresar en un trabajo. Ambas
son malas porque cuando se descubran provocaría, en la primera; la
ruptura de la pareja y en la segunda; el despido del trabajo.
Por
lo tanto la cuestión es: ¿se debe mentir, a pesar de que puede ser
con buena o mala intención?
En
mi opinión eso depende de los principios de cada persona, pero ante
todo, cualquier tipo de mentira es mala porque provoca la duda, la
desconfianza, el miedo y el sentimiento de culpabilidad.
Ana
Arias Calvo
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