Las emociones están en la base de nuestros pensamientos, guían nuestro conocimiento y son los móviles de la acción, y de la no acción también.
Dado el importante papel que juegan en nuestras
vidas es importante conocerlas y aprender a gobernarlas, no solo de
un modo individual sino también y sobre todo colectivamente, dado que las
emociones se construyen y se aprenden en relación con los demás; así
nuestro conocimiento y nuestras opiniones están ligadas inevitablemente a
nuestros sentimientos. Ser responsables de esas “afecciones del alma” y
forjar nuestro carácter, constituye una tarea ineludible
de la que siempre se ocuparon los filósofos, dado que el gobierno de las
emociones es el contenido de la ética.
Así que te preguntarás ¿qué
significa en este sentido tener carácter? Le preguntamos a Victoria Camps que
de esto sabe mucho y nos dice esto en su libro: El gobierno de las
emociones: "Una persona con carácter o
sensibilidad moral reacciona afectivamente ante las
inmoralidades y la vulneración de las reglas morales básicas. Siente
indignación, vergüenza o rabia ante lo ocurrido en los campos de exterminio,
los horrores de las guerras, las torturas de las cárceles, las hambrunas, la
corrupción que corroe a las instituciones políticas y a quienes las
administran. Esa reacción afectiva es necesaria para orientar
la conducta en contra de lo que se proclama como inaceptable e injusto. El que
carece de afecciones morales es apático, no se apasiona por
aquello en lo que dice creer. Nada le motiva ni le moraliza porque vive des-moralizado. Dicho de otra forma, carece de moral en
el sentido de entusiasmarse por lo que merece la pena. Vive en la indiferencia
porque no ha hecho suya, no ha incorporado a su manera de ser, la diferencia
que existe entre el bien y el mal.”
Por
lo tanto aprobamos aquello
con lo que podemos simpatizar, en el sentido de que la empatía nos conmueve en tanto que la indiferencia
ante el placer o el dolor ajenos nos subleva, sentimos que es inhumana. A
continuación os propongo un cortometraje de denuncia. Es evidente
que entre sus objetivos es sacarnos de la apatía e impulsar la acción, ahora
bien, ¿un fin bueno justifica la manipulación de las emociones?
Esto es lo que se pregunta la periodista Delia
Rodríguez en el siguiente artículo:
Así te ha manipulado
el vídeo de Kony 2012
¿Y tú qué opinas?
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