domingo, 3 de marzo de 2013

El gobierno de las emociones


Las emociones están en la base de nuestros pensamientos, guían nuestro conocimiento  y son los móviles de la acción, y de la no acción también.

Dado el importante papel que juegan en nuestras vidas  es importante conocerlas y aprender a gobernarlas, no solo de un modo individual sino también y sobre todo colectivamente, dado que las emociones se construyen y se aprenden en relación con los demás; así nuestro conocimiento y nuestras opiniones están ligadas inevitablemente a nuestros sentimientos. Ser responsables de esas “afecciones del alma” y forjar  nuestro carácter,  constituye una tarea ineludible de la que siempre se ocuparon los filósofos, dado que el gobierno de las emociones es el contenido de la ética.
   Así que te preguntarás ¿qué significa en este sentido tener carácter? Le preguntamos a Victoria Camps que de esto sabe mucho y nos dice esto en su libro: El gobierno de las emociones: "Una persona con carácter o sensibilidad moral reacciona afectivamente ante las inmoralidades y la vulneración de las reglas morales básicas. Siente indignación, vergüenza o rabia ante lo ocurrido en los campos de exterminio, los horrores de las gue­rras, las torturas de las cárceles, las hambrunas, la corrupción que corroe a las instituciones políticas y a quienes las administran. Esa reacción afectiva es necesaria para orientar la conducta en contra de lo que se proclama como inaceptable e injusto. El que carece de afecciones morales es apático, no se apasiona por aque­llo en lo que dice creer. Nada le motiva ni le moraliza porque vive des-moralizado. Dicho de otra forma, carece de moral en el sentido de entusiasmarse por lo que merece la pena. Vive en la indiferencia porque no ha hecho suya, no ha incorporado a su manera de ser, la diferencia que existe entre el bien y el mal.” 
   Por lo tanto aprobamos aquello con lo que podemos simpatizar, en el sentido de que la empatía nos conmueve en tanto que la indiferencia ante el placer o el dolor ajenos nos subleva, sentimos que es inhumana. A continuación os propongo un cortometraje de denuncia. Es evidente que entre sus objetivos es sacarnos de la apatía e impulsar la acción, ahora bien, ¿un fin bueno justifica la manipulación de las emociones?
Esto es lo que se pregunta la periodista Delia Rodríguez en el siguiente artículo:
Así te ha manipulado el vídeo de Kony 2012
¿Y tú qué opinas?


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