Joaquín Vila García
1º Bachillerato Internacional

A primera vista, existe una interrelación
entre ambas afirmaciones: no parece útil observar patrones generales si luego
no se aplican a casos concretos y, del mismo modo, a partir de los casos
específicos es necesario extraer conclusiones generales. En efecto, estos dos
procedimientos citados constituyen, respectivamente, las bases de los
razonamientos deductivo e inductivo. El método inductivo es muy empleado en el
proceso de creación de conocimiento en ciertas áreas, como las matemáticas, ya
que al partir de ejemplos específicos es posible extender las relaciones y
obtener fórmulas generales, las cuales se adaptan a casos concretos. De este
modo, si sabemos que f(x)=x2 podremos dar infinitos valores que satisfagan la
igualdad. Aun así, es necesario tener en cuenta que las matemáticas no dejan de
basarse en abstracciones, en representaciones de algo que nosotros percibimos y
que interpretamos como realidad. En efecto, la percepción juega un
importantísimo papel en la comprensión. Si los seres humanos no dispusiésemos
de sentidos, si no pudiésemos conectar con el mundo que nos rodea, nos
resultaría imposible entenderlo y, en definitiva, no podríamos crear
conocimiento. No obstante la percepción, una de las principales formas de
conocimiento, no se basa únicamente en la capción de estímulos externos, sino
que percibir implica interpretar la realidad, y es eso lo que nos lleva a
comprender. Esto está claramente relacionado con la intencionalidad de la
mente, que es una de las características que definen la mente humana y que se
basan en la capacidad de representación.
Alejándonos de la creación del saber
científico y matemático, la compresión de las cuestiones de conocimiento que se
nos presentan en el día a día radica en la observación de casos particulares y
no en patrones generales. Además, cabe también tener en cuenta el tinte emocional
de la percepción, que nos lleva a asociar todo lo que percibimos con
experiencias pasadas que provocaron en nosotros un determinado sentimiento[i].
Cuando percibimos un olor determinado o probamos un cierto plato culinario, el
que nos guste o no va a depender en gran medida de vivencias que hemos tenido
en otras ocasiones. Esto coincide con un estudio publicado en la revista
Journal of Neuroscience[ii],
el cual prueba que todos los seres humanos percibimos los mismos olores del
mismo modo, ya que los quimio receptores del olfato se basan en la estructura
molecular de las sustancias. Así, los gustos por los diferentes olores sólo se
pueden explicar en base a lo que nosotros interpretamos y, por tanto, en base a
lo emocional.
Si bien algunos descubrimientos pueden
estar relacionados con casualidades, como se dice del descubrimiento del fuego[iii],
el conocimiento no es algo casual, sino que es fruto de la necesidad de los
seres humanos de entender la realidad que perciben. Un bonito ejemplo de ello es
el de la aparición progresiva del conjunto de lo que hoy en día constituyen los
números. En un primer momento el
hombre creó los números naturales, cuyo único fin era el contar elementos de un
conjunto. Sin embargo, en algún momento tuvimos la necesidad de emplear números
negativos para representar, por ejemplo, deudas; naciendo así el conjunto de
los números enteros. Del mismo modo, a lo largo de la historia se fueron
creando los conjuntos de los números racionales, reales y, finalmente, los
complejos, que abarcan a todos los anteriores.
La observación de casos concretos juega
un gran papel en el proceso de creación del conocimiento, pero para poder
explicar situaciones de la realidad a través de la matemática es necesario
extrapolar dichas situaciones para, a partir de ellas, obtener fórmulas
generales. Esto es en lo que se basan muchas ciencias experimentales. En
química, por ejemplo, a través de la experimentación en el laboratorio se
establecen relaciones que nos permiten agrupar las sustancias según el tipo de
enlace. El método científico se basa en la comprobación de una hipótesis de
manera experimental, lo que lleva a extraer patrones generales a partir de
situaciones o casos concretos. No obstante, al hacer esto corremos un riesgo,
ya que ¿cómo podemos estar completamente seguros de que nuestra generalización
ha sido correcta y que se adapta a todos los casos? No podemos. Es más,
resultaría imposible dar con relaciones experimentales que sirviesen para
justificar todos los casos, puesto que en primer lugar no es posible conocer
todos los casos, lo que hace que nuestras relaciones se limiten a aquello a lo
que tenemos acceso. Por otra parte, esto constituye también otra de las
características de la obtención del conocimiento científico. Los modelos
atómicos, en un comienzo, eran pura especulación, ya que los expertos del
momento no disponían de la técnica ni del instrumental necesario para probar
sus teorías. Por ello, a lo largo de los años fueron apareciendo nuevos
modelos, sustentados en diversas experiencias prácticas, que eliminaron a los
anteriores[iv].
Así, el modelo mecánico cuántico actual se considera válido mientras justifique
los hechos hasta ahora conocidos, pero dejará de serlo en cuanto se produzca un
nuevo descubrimiento que dicho modelo no pueda explicar.
Algo que cabe también considerar es que
la hora de crear conocimiento no basta con encontrar una explicación que nos
satisfaga sobre la realidad, sino que se debe tener la precaución de hacerlo
con rigor. En caso contrario podríamos caer en el error de las falacias, las
cuales surgen de fallos al establecer relaciones semánticas entre los distintos
datos. Los razonamientos incorrectos (si A es B y C es B, A es C) o falacias
formales[v] tienen
la característica de confundirse con razonamientos incorrectos. Así, el hecho
de que las sustancias covalentes (A) se puedan disociar en agua (B) no quiere
decir si una sustancia (C) se disocia (B) vaya a ser covalente (A). Sin
embargo, sería muy fácil pensar lo contrario.
En definitiva, tanto la observación de
patrones generales como el recurrir a casos concretos son formas de crear
conocimiento, de llegar a comprender la realidad que nos rodea de manera
diferente o de entender mejor un aspecto de ella. Además, ambos métodos no
pueden ser considerados excluyentes ni es posible reemplazar uno por el otro,
puesto que cada uno de ellos se emplea con un determinado fin, lo que hace que
las cuestiones que se pueden abordar con cada uno de ellos sean diferentes. Así,
en muchos casos resulta útil pasar de casos concretos a fórmulas generales y
viceversa, dando así lugar, respectivamente, a los procedimientos de inducción
y deducción. De este modo, no es lo mismo realizar un estudio sobre las
características anatómicas de una especie animal, en el que es necesario
observar datos particulares para llegar a considerar la realidad desde una
perspectiva general, que aplicar una fórmula matemática a un caso concreto,
situación en la cual necesitamos recurrir a un conocimiento general para pasar
a un caso concreto. No obstante, lo realmente importante a la hora de hacer un
razonamiento, ya sea deductivo o inductivo, es el rigor, evitando así caer en
las denominadas falacias e intentando, en la medida de lo posible, llegar a
conclusiones que resuelvan de forma eficaz las cuestiones que en un principio
nos planteamos.
[i] La
percepción, Universidad
de Murcia, s.f. Visitado el 05 de Marzo de 2013. Disponible en Web: http://www.um.es/docencia/pguardio/documentos/percepcion.pdf
[ii] VV.AA, Predicting Odor Pleasantness from Odorant
Structure: Pleasantness as a Reflection of the Physical World, The Journal
of Neuroscience, 12 de Septiembre de 2007. Visitado el 10 de Marzo de 2013. Disponible en
Web: http://www.jneurosci.org/content/27/37/10015.full
[iii] Descubrimiento del fuego: Los Primeros Avances
Técnicos en la Historia de la Humanidad, Planeta Sedna, s.f. Visitado el 03 de Marzo de
2013. Disponible en Web: http://www.portalplanetasedna.com.ar/fuego.htm
[iv] Historia: modelos atómicos, Instituto
Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado, s.f.
Visitado el 08 de Marzo de 2013. Disponible en Web: http://concurso.cnice.mec.es/cnice2005/93_iniciacion_interactiva_materia/curso/materiales/atomo/modelos.htm
[v] Falacias lógicas, Xarxa
Telemàtica Educativa de Catalunya, Marzo del 2006. Visitado el 12 de Marzo de
2013. Disponible en Web: http://www.xtec.cat/~lvallmaj/preso/fal-log2.htm
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