Nuestros sentidos influyen en la forma de conocer el mundo. Nuestras percepciones sensoriales se ven afectadas por nuestras creencias, expectativas, etc; de forma que cada persona crea sus propios filtros perceptivos, haciendo que su visión del mundo sea personal y única. Cada individuo cree que lo que percibe es la realidad, el mundo tal y como es. Pero creo que cada uno debería cuestionar y examinar sus propios filtros para poder procesar su entorno sin tener una idea sobre él de antemano.
Pienso que analizar los supuestos o ideas que tenemos sobre lo que son las cosas podría ser beneficioso. Ayudaría al entendimiento, pues estaríamos abiertos a analizar los hechos sin recurrir a nuestros prejuicios o especulaciones. Podríamos encontrar un punto en común, sin prestar atención a lo que creemos que fue, o sin intentar convencer al resto de que "mi forma de ver esto" es la forma "correcta". Creo que este análisis es un deber moral.
Digo deber moral pues todos nosotros, como actores del conocimiento, tenemos una responsabilidad. Somos responsables de la transmisión del propio conocimiento. Y supongo que por eso, intentaremos transmitir "lo verdadero". Aunque la verdad sea algo inalcanzable, creo que nos podemos intentar aproximar a ella, aunque no encontremos esa verdad única e irrefutable. Es por esta búsqueda y por el bien de los que reciben nuestro conocimiento, por la que debemos examinar nuestros filtros perceptivos. Preguntarnos, ¿si yo no creyera que esto es blanco, cambiaría mi realidad?
Pasemos un examen de conciencia. Cuestionemos nuestros filtros. Tratemos de ser imparciales incluso ante nosotros mismos.
Ana Santorum Martínez, 1ºBI L.
Muy bien pero se echan de menos algunos ejemplos y contraejemplos que lo ilustren.
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