martes, 3 de diciembre de 2013

Esto no es un título contundente

La mayoría de nosotros al ver esa imagen vemos una pipa, y quien lo niegue no está diciendo toda la verdad. Es un dibujo de una pipa, bastante detallado, que sería muy complicado confundir con cualquier otro objeto, pero ahí está ese Ceci n'est pas une pipe, que nos dice que no, nos confundimos eso no es una pipa. Pero, ¿a quién creer? ¿al dibujo? ¿a la frase? o a ¿lo que ven nuestros propios ojos?. Difícil elección, ¿verdad?. No voy a decir que conozco la respuesta, digamos correcta, a esta pregunta, porque sería mentir, al menos desde mi punto de vista. Eso si, está claro que lo que deseamos ver tiene importancia en lo que creemos como la realidad, a pesar de que nos digan lo contrario. Por ejemplo, un caso en donde alguien enganchada a programas de cámaras ocultas se encuentra en medio de una situación totalmente rocambolesca y desagradable. Lo que quiere creer como la realidad es que solamente está viviendo un caso de cámara oculta aunque lo más probable es que esa no sea la verdad. Seguramente si se lo preguntas, te contestará con toda la convicción del mundo de que así es, que lo que está pasando es solo para que quién le esté mirando al otro lado de la televisión se ría, esto haría que llevase el momento de una manera muy distinta de como lo haría alguien que simplemente piensa lo desafortunado que es encontrarse en tal situación. La realidad que están sufriendo es la misma para los dos, pero lo que cada uno quiere ver es muy distinto, por lo que cada uno tendrá una percepción de lo ocurrido única. Si lo que esperamos y estamos acostumbrados a ver no interfiriese con nuestra manera de experimental el mundo, todos nos sentiríamos y viviríamos las mismas emociones ante una misma realidad, pero habrá tantas realidades como hay seres humanos, por suerte.

Cloe

No hay comentarios:

Publicar un comentario