sábado, 4 de enero de 2014

¿Confíen en ella (aunque les lleve la contraria)?


    Hoy os propongo la lectura de un artículo de Mariano Marzo Carpio, catedrático de Recursos Energéticos en la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, como objeto de debate en clase. 
     A estas alturas de vuestra existencia como epistemólogos, ya os sonará la canción de que la ciencia es una forma de conocimiento que no busca verdades definitivas, solo provisionales con el fin de reducir la incertidumbre y la inseguridad de nuestras vidas. Y el conocimiento, como diría José Ortega y Gasset, es una de las cosas que el ser humano hace, el conocimiento se da en la vida como un modo de saber a qué atenerse para reducir el grado de inseguridad que genera la existencia, pues nuestra adaptación al medio se produce en función de las creencias que culturalmente nos han sido transmitidas y que nosotros mismos generamos en nuestro vivir. Mientras la arquitectura de nuestras creencias nos da cobijo, no nos planteamos problemas, que es otra forma de decir, que no necesitamos pensar pues sabemos a qué atenernos. 
       Pensar es tener ideas sobre las cosas, aunque no todo pensamiento es conocimiento, pues conocer exige formular preguntas, querer averiguar lo que las cosas son. Este preguntarse descansa en la creencia de que las cosas, que despiertan nuestra curiosidad, tienen un ser y que es posible llegar a conocer algo de ellas o que al menos –según la posición epistemológica de la que partamos- de que la relación que mantenemos con ellas puede ser problemática. En todo caso, el ser humano necesita saber a qué atenerse, reducir la incertidumbre que provoca la existencia, y desde este punto de vista, el quehacer científico constituye un estilo de pensamiento y de acción provechoso en muchos sentidos. 
      Y digo esto pues aunque los logros científicos generan en la ciudadanía gran admiración y -a juzgar por el contenido del artículo que os propongo- confianza, no debemos ver en este estilo de pensamiento la única vía al conocimiento y la única solución a nuestros problemas. Asumir esta opción arrogante sería caer en un cientificismo que espero estéis lejos de adoptar. 
      No sé si la precisión y la exactitud son las características más adecuadas para distinguir la ciencia de la religión y la ideología política, como se desprende del artículo en cuestión, pues ya hablar de ciencia en términos genéricos introduce cierta ambigüedad que no ayuda a entender la conclusión, pero sí aplaudo que científicos y profesores bajen a la arena pública para hacer pedagogía acerca de su trabajo, pues al mismo tiempo abren opciones para el debate que os planteo en los siguientes términos.
 ¿Por qué debemos confiar en la ciencia aunque nos lleve la contraria?



Feliz Año 

2 comentarios:

  1. Quizás la ciencia se ha convertido en una nueva religión para algunos, llevándolos por un camino no aconsejable en absoluto. Muchas veces simplemente se asimila lo que nos dicen los artículos científicos sin crear tu propia reflexión, sin analizarlo por ti mismo, lo cual es un grave error. ¿Cuántos "descubrimientos" científicos a lo largo de la historia han resultado ser falsos?

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    1. Bueno afortunadamente aquellos que honrar la actividad científica, al igual que la filosófica, no plantean la búsqueda de lo verdadero en términos dogmáticos, y la única manera de no caer en un dogmatismo sea —religioso, político, filosófico o científico— es porque que el método investigación racional es el único procedimiento que no pretende dar resultados definitivos. Por eso no resulta paradójico pensar que lo que se consideró verdadero ayer puede revisarse hoy, porque en la investigación científica todo lo que sabemos es “revisable”. Esta condición es la que nos permite confiar en la ciencia como un estilo de pensar crítico. Otra cosa es cuando la ciencia se atribuye el monopolio de conocimiento y desvaloriza, en consecuencia, otras formas no-científicas reduciéndolas al ámbito de la superstición, pues difícilmente parece razonable pensar que la complejidad de lo real y el sentido de lo humano pueda ser apresado solo en términos científicos.

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