Clara Campoamor Rodríguez
(Madrid, 12 de febrero de 1888 – Lausana, 30 de abril de 1972 )
Ayer en el hemiciclo del pleno
del Congreso de los diputados de España, en urna y voto secreto, se votó una
proposición no de ley, por iniciativa del PSOE, para la retirada de la reforma
de la ley del aborto, que propone el gobierno del PP y que supondría la derogación
de la actual ley que garantiza a las mujeres el derecho a decidir libremente su
maternidad ateniéndose a unos plazos que marca la ley (libremente hasta la 14
semana de embarazo, y hasta la 22 semana si se aprecian malformaciones o está
en riesgo la salud de la madre). De aprobarse dicha reforma, la interrupción
del embarazo será un delito en España excepto en casos muy concretos.
La diputada del PSOE, Elena
Valenciano apeló “a las diputadas del PP para que no voten como diputadas lo que no
votarían como mujeres”. Su petición no tuvo el efecto buscado, pues aunque
en las filas de diputados y diputadas del partido en el gobierno hay un
soterrado rechazo a este cambio en la normativa - muchas voces expertas nos
recuerdan que esta reforma supondría una regresión en las libertades civiles de
más de 30 años- , a la hora de votar se impuso la disciplina de partido. Otra
diputada del PP y vicepresidenta de la Cámara, Celia Villalobos, que manifestó
anteriormente en distintas ocasiones que estaba en desacuerdo con esta reforma,
sin embargo votó en contra de su retirada como se proponía en la votación
porque, como manifestó, “no nos gusta que
nos pidan ser traidores….”
Nos encontramos con dos diputadas, de distintos
partidos, que tiene en común su rechazo a esta reforma de la ley del aborto
pero cuyos votos al respecto difieren. Sacad vosotros las conclusiones!!!
Os traigo este debate, para recordaros -lo que hoy oportunamente el doodle de Google me ha
recordado- el aniversario del nacimiento, hace 126 años de una política española
defensora de los derechos de la mujer: Clara
Campoamor, que protagonizó en ese mismo hemiciclo del que hoy os hablo un
encendido debate en el año 1931, cuando merced a la República, España empezada
a adentrarse, por fin, en la modernidad y la democracia, y cada vez más personas
empezaron a pensar en nuestro país que toda la población debía gozar del
derecho de participar democráticamente en la vida pública.
Por entonces, hacia poco que las mujeres podían ser
elegidas, pero no podían ser electoras. Clara
Campoamor del Partido Radical y Victoria
Kent, del Partido Radical Socialista, fueron dos de las primeras mujeres en
obtener un escaño, votadas por hombres. Las dos eran feministas, entregadas a
la causa progresista, pero ambas se vieron enfrentadas en un debate dialéctico sobre
el derecho al voto de las mujeres sabiendo que eran mucho lo que se jugaban.
Victoria Kent,
a pesar de estar de acuerdo con las tesis sufragistas defendió que no era el
momento de otorgar el voto a la mujer española, y para mostrar el sentido de
este desacuerdo dijo: “Quiero significar a la Cámara que el hecho de que dos
mujeres se encuentren aquí reunidas opinen de manera diferente, no significa
absolutamente nada, porque dentro de los mismos partidos y de las mismas
ideologías, hay opiniones diferentes (...). En este momento vamos a dar o negar
el voto a más de la mitad de los individuos españoles y es preciso que las
personas que sienten el fervor republicano, el fervor democrático y liberal
republicano, nos levantemos aquí para decir: es necesario, aplazar el voto
femenino (...). Señores diputados, no es cuestión de capacidad; es cuestión de
oportunidad para la República (...). Pero hoy, señores diputados, es peligroso
conceder el voto a la mujer". (Kent creía que influidas por la
Iglesia, las mujeres votarían en contra de la República).
Pero este
argumento no amilanó a Clara Campoamor que defendió sus convicciones, con
fuerza y tenacidad, levantándose una y otra vez de su escaño, para declarar que
no había ni razones, ni estrategias de
partido, ni oportunidades políticas capaces
de negar tal derecho a las mujeres, por lo que proclamaba el derecho al voto
femenino, independientemente de si les gustaba o no el resultado en las urnas,
pues su argumento le parecía irrefutable: La igualdad de todos los seres
humanos: "Tenéis el
derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el
derecho natural, el derecho fundamental que se basa en el respeto de todo ser
humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste
y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo...".
En las
elecciones de 1933, votaron las mujeres, ganó la coalición de partidos de
derecha y tanto Clara como Victoria perdieron sus escaños. Los partidos de
izquierda le echaron la culpa a las mujeres y a Clara Campoamor. Posteriormente
en las elecciones de 1936, Clara Campoamor quiso presentarse a diputada, pero
ningún partido la quiso en sus listas. “Roma
no paga a traidores”. La izquierda ganó pero Clara Campoamor quedó fuera
del juego político partidista. Murió olvidada por todos en 1972 en Suiza.
Está bien que
hoy todos la recordemos y nos planteemos algunas lecciones de nuestra Historia
reciente para pensar nuestro presente.
Aquí en este
enlace podéis leer el impagable discurso de Clara Campoamor en las Cortes el 1
de octubre de 1931. Recordarlo cuando visitéis el hemiciclo o lo veáis por televisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario