Somos seres vivos, concretamente humanos, lo cual implica
la necesidad de interactuar con el medio, para ello contamos con nuestros
sentidos, transmisores del mundo, de la realidad. Sin embargo, ¿hasta qué punto
podemos confiar en ellos?
Sabemos con
certeza que existen los defectos en la vista, tales como la miopía o el
astigmatismo, en la audición, confundiendo y malinterpretando sonidos, en el
olfato, en el gusto y hasta en el tacto. Nuestros sentidos nos engañan
constantemente, se encargan además de seleccionar información, simplificándonos
el mundo para adaptarlo así a nuestra comprensión. Nuestra comprensión, nuestra
necesidad, sí, necesidad, de entender esa realidad que, modificada o no, conforma
lo que vemos, oímos, olemos, sentimos y pensamos.
Pese a las numerosas imperfecciones de nuestros sentidos,
estos constituyen nuestro único medio para percibir el mundo, por ello debemos
intentar corregir determinados defectos suyos empleando la razón y la lógica
para así aproximarnos a la verdad, a la realidad, al mundo, el cual, día tras
día, nos llena de información, experiencias, emociones, ideas y pensamientos
que, al fin y al cabo, conforman lo que somos.
Irea Mosquera Lois 1º BI-C
Irea Mosquera Lois 1º BI-C
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