No se puede violar a un hombre.

"¿Cómo puede una chica violar a un chico?", casi todo el mundo al que intenté explicarle lo que pasó cuatro años después de que pasara.
"Sé un hombre", mi ex prometida en respuesta al ataque de pánico provocado por encontrarme con mi violadora por primera vez desde el incidente ocurrido ocho años antes.

"Eres mi chico especial"
"Prométeme que no se lo contarás a nadie"
"Si se siente tan bien, por qué está tan mal."

"Si se lo cuentas a tus padres te daremos una paliza", mis dos "mejores amigos" cuando tenía 8 años.

"Mataré a tus hermanas", my padrastro en mi 13º cumpleaños. No supe entonces que a ellas les decía lo mismo.

"No te preocupes, se supone que a los chicos les gusta esto"

"No se puede violar a un hombre", cuando se lo conté a alguien.

Fuente: 25 Male Survivors Of Sexual Assault Quoting The People Who Attacked Them


Como ya sabréis los que me habéis leído con anterioridad, el tema del sexismo es algo que me idigna sobremanera y lo trato muy a menudo. En las últimas entradas que he hecho con referencia a este tema, me centraba en los efectos negativos que esta sociedad de normas de género perjudicaba a las mujeres, pero hoy quiero tratar el tema desde otra perspectiva.
No, no solo las mujeres salimos mal paradas de una sociedad sexista. No, no somos las únicas que tenemos que responder a unos absurdos y arbitrarios roles determinados por nuestros genitales. Los hombres son de los principales perjudicados por este sistema.
Los hombres deben ser varoniles, tener una voz grave, grandes músculos, no mostrar sus sentimientos (NUNCA, bajo ninguna circunstancia), ganar más dinero que una mujer, deben gustarles los deportes y los coches, debe gustarles mucho el sexo (con MUJERES). Los hombres deben ser machos, "los chicos no lloran", "échale un par", "eres el hombre de la familia".
Jamás he visto a dos chicos decirse de forma casual y sin hacer un patético intento de imitación de una parodia de una pareja homosexual, decirse que se quieren. O que se echan de menos. "Oye, quedamos", es mucho más común que, "te echo de menos, quiero verte". La mayor parte de mis amigos no se cuentan sus problemas entre ellos, sino que buscan a una chica para poder hacerlo. No, no es que los chicos no tengan sentimientos. Ni que tengan menos. Es que les cuesta ser sinceros sobre ellos. Y a la mínima expresión de éstos, ya saltan todos. "Gaaaaaaaaay". Pero qué. ¿Es eso un insulto? ¿Lo es? ¿Por?
¿Y cuál es el elemento exacto en la anatomía masculina que los obliga a un niño a que le gusten más los coches que las muñecas? Por supuesto que puede ser que haya esta magia divina, que me parece raro. Es como si por tener el pelo castaño de repente te gustaran más las manzanas. O por tener los ojos azules te tuviera que gustar más jugar con animales de juguete. "Es que el cerebro de hombres y mujeres es distinto". Oye, pues puede ser. Pero eso no se puede utilizar como argumento para mantener un estereotipo que perjudica a todos los niños que quieren jugar con muñecas, o pintarse las uñas, o probarse un vestido alguna vez. Cuando una vez le pinté las uñas a un niño pequeño de color verde porque me dijo que le gustaba, al rato un grupito de niños mayores empezaron a meterse con él: "¿Qué pasa, es que eres gay? ¡Buah, eres una niña! ¡Mariquita!".
¿Qué hay de aceptable en utilizar la orientación sexual de un colectivo y un género entero como insulto a un niño que no se ajusta a un estereotipo arbitrario y ridículo? 
Y sin ir más lejos, el ejemplo utilizado al inicio de esta entrada.
Según la RAE, la definición de abuso sexual es la siguiente: "delito consistente en la realización de actos atentatorios contra la libertad sexual de una persona sin que medie consentimiento". Oh, pero, ¿quién podría hacerle eso a un hombre? ¿A un gran, fuerte, poderoso y viril hombre? ¡Con lo que a ellos les gusta el sexo! ¡Si no piensan en otra cosa! A un chico no se le puede violar, hombre. Cómo osas.
Como dice la quinta foto, "a los chicos se supone que les gusta esto". La sociedad ha convertido abuso sexual hacia hombres en un motivo de vergüenza y de estigmatización por el simple hecho de que "se supone que los hombres de verdad eso les gusta". ¿Qué es un hombre de verdad? ¿Por qué tiene que existir este mito del hombre de verdad, este ideal de la masculinidad? ¿Por qué perpetuar algo que causa tanto sufrimiento entre supervivientes de abusos sexuales, entre personas transgénero, hombres homosexuales o literalmente cualquier miembro de la comunidad LGBTQIA?
También la violencia doméstica de un hombre a una mujer es un tema del que se habla a susurros. "Que vergüenza, un hombre que no sabe defenderse de su mujer. Un hombre fuerte, dominante y poderoso no puede defenderse de una mujer débil y sumisa. Eso no puede pasar". Y cuando un hombre se atreve a admitir en voz alta que ha sufrido abusos psicológicos o físicos por parte de una mujer, se escuchan risitas ahogadas. "Menudo marica". "Mira que no saber defenderse. De una chica". Oh, pero esos argumentos no se utilizan a la inversa. ¿Por qué será? Vamos a ver, yo jamás he visto a nadie responder a una historia de violencia doméstica de un hombre a una mujer "menuda lesbiana que no sabe defenderse de un hombre". Suena raro, ¿no? Más que nada porque no tiene ningún sentido.
Muchos hombres negarán haber sufrido las consecuencias de este estereotipo, ya que están tan absolutamente cegados por su propio privilegio que no son capaces de ver las cadenas que supone este ideal de masculinidad.
El género no es binario. Es un espectro en el que te puedes mover entre un estereotipo y otro tanto como quieras sin depender de tus genitales. De si has nacido con un pene o con una vagina. No es asunto de nadie, por mucho que la sociedad se empeñe en ponerle etiquetas a lo que eres o lo que dejes de ser. No va a haber más posibilidades de que te guste el helado de fresa porque tengas el pelo negro, y desde luego que no tienes que ser más machote por tener un pene.
No juzgués a nadie por no ser lo que la sociedad dice que, según los genitales que la naturaleza le ha dado, debe ser. No ayuda a nadie.

Malva Freire Regueira.