domingo, 8 de marzo de 2015

In the End, we will remember not the words of our enemies, but the silence of our friends.

El pasado 7 de marzo, el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, pronunció un discurso sobre el emblemático puente Edmund Pettus. Situado en la ciudad de Selma, en el condado de Alabama, esta construcción (nombrada en honor de un abogado, legislador y soldado americano, quien llegó a ser Gran Dragón, segundo puesto de mayor importancia dentro de la organización Ku Klux Klan) fue testigo del Bloody Sunday o Domingo Sangriento, hace exactamente 50 años. 

Después de una primera escucha o lectura se puede concluir que la idea general del discurso es una arenga al pueblo estadounidense, un recordatorio de la importancia que tiene la unidad para alcanzar un futuro mejor, y de lo excepcional que es su nación. Y puede que lo sea. Pero del contexto en que se produce es posible extraer un mensaje mucho mayor.

Las referencias que hace el presidente, “Right now, in 2015, fifty years after Selma, there are laws across this country designed to make it harder for people to vote.” apuntan a lugares como Jacksonville (Florida) o Galvenstone (Texas), a los que hace referencia para sumar a una lista de la que forman parte Cleveland, Ferguson o Nueva York, con sus respectivos cuerpos policiales.

Tal y como dice Obama, el Acta del Derecho al Voto se debilita a medida que más leyes con el objetivo de privar a personas pertenecientes a determinadas etnias se ponen en marcha o son aprobadas. ¿Es acaso imposible que dentro de 10, 20 o 30 años se dé en los Estados Unidos una situación idéntica contra la que se opuso Martin Luther King?

Intermedio. Es curioso que (no se si os habéis dado cuenta) en las 267 palabras anteriores solo haya referencias a los Estados Unidos y a hechos que hayan ocurrido en su territorio. Pero es únicamente porque el hecho real que da pie a la entrada es el discurso de Obama. Por supuesto, hay racismo y xenofobia en otras partes del mundo. Rectifico. Los hay en todo el mundo. 

El 25 de febrero, Plataforma per Catalunya, agrupación que defiende el antiislamismo bajo el lema “Primero los de casa”, solicitó al Departamento del Interior permiso para manifestarse este miércoles. La convocatoria tendrá como título Patriotas europeos contra la islamización de Europa. En recuerdo a las víctimas del terrorismo yihadista. 

El día siguiente, cuando el jugador marfileño Gervais Yao Kouassi, alias Gervinho, marcó el gol que le daría la victoria al Roma frente al club Feyenoord Rotterdam, hinchas del equipo contrario lanzaron plátanos de plástico al campo. 

A finales del mismo mes, un emigrante haitiano fue colgado de un árbol en una plaza de Santiago, República Dominicana. 

Estos son los más recientes, y aunque el odio hacia lo extraño tiene múltiples manifestaciones que varían en localización, envergadura y en la repercusión que reciben, se siguen dando, cada vez con mayor frecuencia.

Continuemos. No, no es imposible que cuando la gente de mi edad tengamos el doble de edad o los que ahora son bebés sean adolescentes, el racismo no esté extendido y sea una realidad más que tengan que afrontar. Pero es cierto que pocas cosas son imposibles. Actualmente, disponemos de medios para evitar que esas especulaciones se conviertan en hechos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos debe ser, pues ese es su fin, la base social de todas las naciones, intocable y por encima de cualquier otra cosa. Y tenemos la suerte de vivir en países cuyos gobiernos en teoría escuchan al ciudadano, y en los que hay libertad de expresión para decir lo que debe ser escuchado. Es nuestro deber conseguir igualdad para todos.

No es fácil. 

Tampoco imposible.


1 comentario:

  1. Me parece oportuno señalar la diferencia entre racismo,y, en todo caso, etnocentrismo. Según la RAE el primer término alude a la exerbación de un grupo étnico. Tal desprecio u odio no tiene por qué ser común en todo el mundo ni darse en todas las sociedades. De esta forma, también se debe tener en cuenta que determinadas culturas están "socialmente" más expuestas a sufrir una desigualdad o una diferenciación atendiendo a su etnia reflejada en sus rasgos, color de la piel o costumbres.
    Sin embargo, lo que creo que pretendías señalar con tu aportación era el etnocentrismo, característica del ser humano desde un punto de vista social. Este prejuicio nos priva de conocimiento, puesto que la creencia de cierta superioridad o consideración de lo propio como mejor o más apto, no deja lugar a una apelación emotiva respaldada por un afán de indagación y descubrimiento. Bajo la consideración de lo "nuestro" como mejor, se funda (y al mismo tiempo se provoca) un desconocimiento del otro. Por eso no solo se trata de buscar la igualdad, sino de reconsiderar quien forma parte de ese "nosotros" que simboliza lo "nuestro".

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