sábado, 11 de abril de 2015

Focus



La semana pasada fui a ver al cine la película de Focus y un trozo de ella me llamó especialmente la atención y me hico reflexionar. El trozo en cuestión lo podéis ver accediendo a esta página del canal televisivo Antena 3 donde aparte del vídeo también se hace un avance y se introduce la película de forma textual:


 
En el vídeo se puede escuchar claramente  que Nicky (Will Smith) le dice a la chica, Jess (Margot Robbie) que “el comportamiento humano es predecible”. Parémonos a pensar. ¿Realmente lo es? ¿Podemos predecir el comportamiento de los seres humanos?
No podemos confundir algo que es predecible con algo esperado. Nosotros podemos esperar que alguien actúe de una manera determinada porque así lo hace habitualmente y sería de extrañar que no fuese así, pero de ahí a predecir que algo va a ocurrir, de saber que va a ser así y no de otra manera, hay un salto considerable. No podemos tratar el comportamiento humano como si estuviese regido por una ley natural; es muy variable,  no hay solo una forma de comportamiento, todo el contrario, hay muchísimas, y mejor así. Un ejemplo son las estadísticas. Son de gran ayuda y en la mayoría de los casos sus resultados se cumplen con bastante exactitud, pero eso no significa que siempre se vayan a cumplir. Nos dan una idea, nos acercan a determinados comportamientos pero no podemos pensar que  estos se cumplirán irremediablemente.

Pero, ¿qué pasaría si este comportamiento humano se pudiese predecir? ¿Nos beneficiaría o al contrario? ¿Qué nuestro comportamiento se pueda predecir no significa de alguna manera que estamos determinados?
 Si todo fuera predecible la emoción del qué pasará se perdería y con él de alguna manera también las ganas por continuar, por seguir. Pongamos un ejemplo, si sabes que dentro de un mes morirás, ¿realmente habrá algo que te importe ya si vas a morir dentro de un mes y nada puedes hacer para evitarlo?¿Por qué nos emociona y nos gusta tanto entonces el poder predecir algo? ¿Por qué lo deseamos tanto? Obviamente hay cosas puntuales que estaría bien de alguna manera poder saber cómo ocurrirán, pero una vida completamente predicha pienso que no sería en absoluto apetecible. De alguna manera esto vendría a decir que estamos determinados, que nacemos con un “destino”, pero en este caso predecible, que nada podemos hacer para modificar. No podemos caer en un determinismo, dejarnos llevar por lo esperado.



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