miércoles, 20 de mayo de 2015

Política de emociones

"Ya en campaña, todo vale.Los sobres blancos parecen captar toda la atención de los hombres de traje. Se aventuran a secar la sed con abundante agua, y hacer que les de bien el sol, todo para que la cosecha sea buena."

¿Qué papel juegan las emociones en la dimensión política del ser humano?
Importante, sin duda, ya que la atención que muestran en ello los candidatos supera a ninguna otra. Se pretende emocionar, crear vínculos afectivos y emocionales con los individuos, para que a la hora de sumarlos, ellos resulten "vencedores". Así, mientras los mitines responden con promesas a las demandas del pueblo, las butacas en estos se llenan. Con suerte, las urnas también.
El programa de los partidos parece algo así como la receta de la felicidad: 200g de brotes verdes y un quinto de mejoras en el nivel de vida. La acción propagandística ha decidido resaltar la "humanidad de la política", reduciendo los logos y aumentando las fotografías de los candidatos, ¿cómo podríamos relacionar esto con la idea del espejo? La representación de una identidad política podría movernos a vernos reflejados en ella, creando así un vínculo emocional e identitario con esta.
En la "política de emociones" se intenta suplir el razonamiento y la reflexión con una apelación emocional, que, en muchos casos, juega un papel decisivo a la hora de adoptar posturas políticas.

La crítica del poder político está en portada cada día, sin embargo, se critica el bajo compromiso político del ciudadano. La disculpa de muchos es: "si esta es la figura que nos representa, yo prefiero no ser representado". ¿Sobre quién recae la responsabilidad? Debemos tener presente el carácter social, y por tanto político del ser humano. Por ello, no podemos "pasar" de la política, no podemos "pasar" de nuestra naturaleza. Nos forjamos en un marco de dimensiones socioculturales, en el que el compromiso político es intrínseco a nuestra persona. 

Aida Carril Barcia 1ºBI-C

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