Desde pequeños nos
enseñan unos modelos de que nos debe gustar y de cómo comportarnos dependiendo
de si eres un hombre o una mujer. Como por ejemplo: las niñas de rosa, los
niños de azul, muñecas y tanques, princesas y guerreros, delicadeza y fuerza… Y
si te sales de este modelo no eres comprendido por la sociedad y hasta puedes
llegar a ser discriminado por esta. Por tanto ¿Es suficiente un sexo “x” para
definir que somos? ¿Soy un cuerpo o tengo un cuerpo? Si el alma tiene un cuerpo
pero no es un cuerpo ¿Qué lugar ocupa en él?
Cuando un niño le dice a su madre: “Mama, no me llames
Manuel, llámame Lucía” se cree que tiene una crisis de identidad, que no sabe
aún ni lo que es. En cierto modo, todos parecemos esta “crisis” en algún
momento de nuestras vidas, pues cuando somos pequeños nos vamos descubriendo
poco a poco, nuestro cuerpo, nuestros ojos… Pero esto va más allá, es un alma
encerrada en un cuerpo de sexo diferente del que tiene físicamente, esta
persona no se identifica con su reflejo.
Pero ¿Si perdiéramos la memoria seria empezar de cero con
nosotros mismos? ¿Volveríamos a pasar por es “crisis”? y ¿Quién seriemos
realmente?
Como por ejemplo en el caso de Arnold Conan, que no era
Arnold Conan, si no que era Alan E. Wood, pues ese era el nombre que le
pusieron al nacer. Alan era un delincuente al cual le dieron dos opciones: ir a
la cárcel o que le borraran la memoria y que empezara como otra persona
ficticia, con recuerdos inducidos, falsos. Pero ¿A los ojos de la sociedad, y
sobre todo de las víctimas de sus actos delictivos, seguiría siendo un
delincuente? O ¿Se olvidarían del delito que cometió Alan solo porque este ya no
lo recuerde?
Una persona se define por sus experiencias, tomas un camino
u otro según lo que hayas vivido, ya que las experiencias llevan al
conocimiento. Pero si esos recuerdos no fueron concebidos a través de la
experiencia ¿Serian conocimiento? Podemos sacar una conclusión de las
experiencias ajenas, puesto que el ser humano es capaz de aprender de los
errores de los demás. Estas experiencias, propias o ajenas, nos llevan a crear
nuestra propia identidad. Pero en el
caso de Wood su cuerpo y su cerebro eran contrarios, porque su cerebro tenía
unas imágenes pero él veía como su cuerpo hizo cosas que él no recuerda haber
hecho. En cierto modo su cuerpo era Wood, el hombre que fue, y su alma es
Arnold. Si Wood pasó a ser Arnold ¿Dónde está Wood? No hay cuerpo, nadie ha
sido asesinado.
Retomando el tema inicial. El alma puede cambiar aun que el
cuerpo no lo haga, siendo esto así somos personas de alma diferente pero en un
cuerpo igual. Por lo tanto el dilema de que si soy o tengo un cuerpo no es más que pensar si existen almas
encerradas en cuerpos. Lo primero que conocen de nosotros es el cuerpo, pero no
solo somos un cuerpo, somos un alma encerrada en un cuerpo que ha desarrollado
s través de las experiencias una personalidad diferente a cada persona.
En conclusión. No es suficiente un sexo “xx” o un sexo “xy”
para definir quiénes somos ya que no soy solo un cuerpo; y mi alma no tiene que corresponderse con él.
Pero a pesar de mi alma y mis recuerdos, sigo siendo ese cuerpo el cual va ser
recordado a la hora de juzgar los errores cometidos.
FUENTES CONSULTADAS
-Las preguntas de la vida de Fernando Savater
-Consulta a los distintos apuntes tomados durante el
trimestre
- El cerdo que quería ser jamón y otros 99 experimentos
filósofos de salón (2007) de Julian Baggini, el texto tratado en clase titulado
“Amnesia total”
Sara Cerquiera García Laura Presas Vázquez IES Santo Tomé de Freixeiro 1º Bach. Grupo A- Filosofía Nombre de la profesora: Elena Galkina
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