¿Yo?
Introducción
Esta disertación dará respuesta a una serie de cuestiones planteadas en conjunto, cada una sacando conclusiones propias acerca del yo, es decir de la identidad de cada uno. Por lo que nos preguntamos ¿Qué es el yo? A lo que veremos que se puede responder de diversas formas, también trataremos otras cuestiones similares y relacionadas con la ya mencionada como: ¿Las “distintas personas” que somos a lo largo de nuestra vida constituyen un mismo yo, pero en proceso de evolución, o somos yoes distintos en las diferentes etapas de nuestra vida? ¿Es nuestro pensamiento el mismo durante los años? ¿Somos siempre nosotros? Son cuestiones que abordaremos en esta disertación e intentaremos dar con una conclusión viable a todo este asunto, planteándonos la existencia de los yoes y de como es, en realidad, la vida.
Desarrollo
El yo está constituido por la mente (o el cerebro) y el cuerpo. Por ejemplo: al mirarnos a un espejo, los recuerdos almacenados en el cerebro, de nuestra propia imagen, nos dicen que la persona que estamos observando somos nosotros mismos, por lo que la mente y el cuerpo mantienen una relación y se identifican, casi inconscientemente, como un solo ser. Por eso mismo pocas veces nos preguntamos ¿yo soy mi mente y mis recuerdos o soy mi cuerpo? Pongamos el caso del texto “Cosa de Amebas”, esta historia trata sobre un hombre al que dividen el cerebro en dos y se inserta cada mitad en un cuerpo distinto. Ambos hombres que llevan el cerebro de ese sujeto afirman ser él debido a que conocen sus recuerdos y los adoptan como propios. En realidad ninguno de los dos es él, ya que ninguno posee el cuerpo correspondiente a esos recuerdos.
Otra cuestión de nuestra identidad es nuestra infancia y la evolución que se produce hasta llegar a convertirnos en la persona que somos ahora, por lo que nos preguntamos ¿soy el mismo que cuando tenía tres años? Pues la respuesta es sí, ya que una identidad propia (el yo) necesita un proceso evolutivo gracias al que forjarse de un modo u otro,por lo que, aunque no pensemos del mismo modo o ni siquiera tengamos la misma personalidad, ni por supuesto el mismo aspecto físico, somos la misma persona. En ello también influyen factores o personas externas, el yo siempre tendrá los mismos padres (familia) biológicos y siempre los recordará como tales aunque crezca y cambie de opiniones o de aspecto físico. Aplicando esto al texto comentado, esos hombres (que creen ser la misma persona y que ninguno lo son) jamás serán hijos biológicos de los padres de dueño del cerebro que “comparten”, ellos tendrán sus respectivas familias y ese es un rasgo, que aunque no lo parezca, es muy importante para la identificación de un yo.
René Descartes plantea una serie de hipótesis para establecer una posible y certera conexión entre la existencia del alma o un yo material. ¿Seguimos siendo la misma persona durante prácticamente toda la vida? Aparentemente, sí. Nosotros creemos saber que nos conocemos y conocemos nuestro cuerpo y mente, pero… ¿sería correcto afirmar esto si ni siquiera conocemos la mitad de cosas que encierra el universo o el cosmos? ¿Y si ni siquiera existimos? Nosotros mismos creemos que esto es así, nosotros existimos en el universo. Somos seres materiales, existentes en el medio. ¿Y si lo que consideramos también influyen factores o personas externas, el yo siempre tendrá los mismos padres (familia) biológicos y siempre los recordará como tales aunque crezca y cambie de opiniones o de aspecto físico. Aplicando esto al texto comentado, esos hombres (que creen ser la misma persona y que ninguno lo son) jamás serán hijos biológicos de los padres de dueño del cerebro que “comparten”, ellos tendrán sus respectivas familias y ese es un rasgo, que aunque no lo parezca, es muy importante para la identificación de un yo.
René Descartes plantea una serie de hipótesis para establecer una posible y certera conexión entre la existencia del alma o un yo material. ¿Seguimos siendo la misma persona durante prácticamente toda la vida? Aparentemente, sí. Nosotros creemos saber que nos conocemos y conocemos nuestro cuerpo y mente, pero… ¿sería correcto afirmar esto si ni siquiera conocemos la mitad de cosas que encierra el universo o el cosmos? ¿Y si ni siquiera existimos? Nosotros mismos creemos que esto es así, nosotros existimos en el universo. Somos seres materiales, existentes en el medio. ¿Y si lo que consideramos e no es real o que tan sólo lo es en nuestra mente. Cabe la posibilidad de pensar también en la existencia de nuestras personas más cercanas, ¿son reales o apariencia? Pero de nada sirve, ya que lo único de lo que debemos de estar seguros es de nuestra propia existencia en el espacio.
Conclusión
Por lo tanto el yo es un símbolo, quizás una expresión, que nos sirve para definirnos como personas físicas y abstractas (para tener una identidad). Para unos es el conjunto o relación entre cuerpo y mente, para otros solo existe a la hora de pensar, es decir, el yo solo es la mente y los recuerdos. Pensar en quién soy, darme cuenta de todo lo que me concierne, y sentir y reconocer que sobre mi persona inciden otros individuos, la sociedad, el tiempo, el espacio y la historia, son cuestiones a las que nos sometemos día tras día. El ser humano es pura conciencia de sí mismo. Nuestra existencia es un espejo de cuanto hacemos y pensamos. Nosotros somos un artefacto que tiene en su propio proceso mental la medida y la noción de sus actos. No tenemos naturaleza, en el sentido de una entidad autorreferencial por el simple hecho de vivir, sino conciencia. Una percepción y una capacidad de pensar sobre el mundo, incluyendo nuestra experiencia, que nos distingue, nos hace Ser.
Fuentes: Savater, Fernando: Las preguntas de la vida, 2007. Barcelona, Ed. Ariel. Cap.:Yo adentro, yo afuera.
Alejandra Fdez. y Laura Caamaño
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