domingo, 21 de mayo de 2017

¿Cómo se ve afectada la esfera política por los medios de comunicación?

Las nuevas tecnologías que desbordan nuestras vidas y la ampliación del alcance de los medios de comunicación han llevado a que la esfera política sea asunto de cada día, además de cuestionado y comentado por todos los ciudadanos. El sistema político instaurado en España desde el inicio de la transición democrática en el año 1975 es la democracia, que defiende la soberanía del pueblo a la hora de tomar decisiones y su derecho a elegir aquellos que los gobiernan. Esta nueva situación histórica y política hace que: se haya ampliado la esfera pública y su influencia, se hayan alcanzado una serie de libertades públicas de expresión de ideas y haya surgido la posibilidad de argumentar sobre aquello que nos concierne.
La ampliación de la esfera pública a todos los ciudadanos fue llevada a cabo durante el siglo XX, su desenvolvimiento está asociado con el desarrollo de las tecnologías además de con transformaciones sociales de gran envergadura. Esta ampliación además de modificar forzosamente la estructura de los medios de comunicación y las formas instituciones de opinión pública, ha generado nueva problemática propia de las sociedades contemporáneas. La información que estos medios nos hacen llegar, es indispensable para la formación de la opinión y para la constitución de una voluntad general asentada en la deliberación racional en la esfera pública. La libertad de prensa se ha constituido como uno de los principales logros de la libertad de expresión en los Estados democráticos.
La esfera pública no se ha visto modificada exclusivamente por la admisión de agentes civiles antes excluidos, sino también por el escenario virtual y transfronterizo que inunda nuestras vidas.
Por todo esto, se han generado las llamadas democracias mediáticas, en las cuales las información se ha convertido en poder además de en un bien preciado y cotizado. Nuestras opiniones políticas se ven tremendamente influenciadas por los titulares de prensa y los títulos del telediario. La parte grave de este asunto es que todos estos mecanismos de comunicación y propaganda están sustituyendo los procedimientos democráticos de elaboración de la opinión pública, del interés general o de funcionamiento de los ámbito legislativo, judicial o gubernamental.
Hagámonos una pregunta: ¿ la vida política de nuestros estados democráticos sería la misma de no ser por los medios de comunicación?
Está más que claro que el desenvolvimiento político de nuestros países no sería el mismo de no ser por todos esos titulares que leemos cada día, los informativos o las redes sociales. ¿Habrían sido igual de polémicas las elecciones estadounidenses de no ser por los polémicos tweets de Trump, o sino hubiesen sido filtrados los correos que Hillary mandaba desde su puesto de trabajo?.
¿Realmente estamos siendo informados como ciudadanos o estamos siendo consumidores de toda esta “información”?

Aunque para nosotros parezca algo todavía lejano o ajeno, deberíamos pararnos a pensar si queremos ser considerados como una simple masa a la cual se puede guiar e influenciar en función de los intereses de unos pocos, o como los ciudadanos que deciden por ellos mismos. Debemos exigir una información objetiva y clara, que nos permita decidir y pensar por nosotros mismos.

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