lunes, 30 de octubre de 2017

   


LA MODERNIDAD  LÍQUIDA Y LA EDUCACIÓN 


Una propiedad de los líquidos, es el continuo cambio y la dificultad de estos para mantener una forma concreta. Cuando hablamos de la modernidad líquida (término creado por el filosofo y sociólogo Polaco Zygmunt Bauman) nos referimos a ese hecho en el que se encuentra la sociedad humana de hoy en día de continuo cambio. 
Ahora a diferencia de lo que pasaba hace 150 o 200 años cuando todo parecía más duradero y perdurable, más sólido, es muy difícil saber que es lo que nos espera en el futuro, aun que sea un futuro relativamente cercano de 5 o 10 años ya que todo es demasiado cambiante, demasiado líquido. Y la pregunta es: ¿está la educación preparada o adaptada a esta situación de continuo fluir ?
Bueno pues la respuesta es bastante sencilla, los primeros sistemas educativos estandarizados se implantaron en el siglo XVIII a raíz de la revolución industrial, en la cual se necesitaba instruir a unos trabajadores para que pudieran realizar un trabajo muy concreto repetidas veces indefinidamente, por lo que el propio sistema educativo se adaptó a esta realidad y se centró en una educación extremadamente lineal y generalizada que se basaba en la memorización de conceptos. Esto no ha cambiado aún a día de hoy.

Parece que se ha perdido ese concepto de conocimiento a la largo plazo, de hacerse preguntas e intentar encontrar respuestas, siendo esto segundo menos importante que el propio hecho de preguntarse cosas y entusiasmarse, ahora hasta el propio conocimiento es de usar y tirar y solo se utiliza para afrontar esos problemas que se nos van presentando a corto plazo.

Un hecho que me llama especialmente la atención y que concierne bastante al sistema educativo es la obsesión de diagnosticar TDAH (Trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad) y que esclaviza a muchos niños a base de medicación. Yo no soy médico ni tengo estudios oficiales tampoco a cerca de este problema, pero si que he sido testigo de algunas situaciones de este tipo y en mi humilde opinión probablemente lo único que les pasaba a estos niños era que estaban desmotivados o desinteresados por lo que le enseñaban en el colegio y no es que no fueran capaces de atender, sino que simplemente estaban sumamente aburridos en la clase. 
Nuestro sistema educativo sigue sin darle un ápice de importancia a la creatividad o a la enseñanza personalizada probablemente por motivos económicos ya que es mucho más beneficioso para la sociedad a nivel económico crear informáticos o físicos que músicos y bailarines.

Pero claro, esto es contradictorio a la hora de hablar de la modernidad líquida, entonces ahí está la respuesta, no es que no estemos adaptados a esta nueva realidad sino que nos encontramos en un punto completamente contrario a esta.

Algo que comenta Zygmunt en la entrevista que muestro a continuación, es la incertidumbre a cerca del origen de esa modernidad líquida ya que dice que no puede determinar si esta modernidad fue la que creó nuevas  expectativas en los jóvenes o estas expectativas fueron las que desencadenaron el fenómeno de nuestra nueva realidad, pero de cualquier manera lo que si sabe es que lo que no hemos conseguido por ahora es adaptarnos a ella en la mayoría de los ámbitos sociales.

Paloma Barreiro, 2ºF 

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