domingo, 18 de marzo de 2018

El símbolo de las mujeres afganas


El burka es realmente una prenda de vestir que convierte a las mujeres afganas en verdaderos fantasmas y que surge de las interpretaciones del Corán: “…Di a las mujeres fieles que bajen sus miradas, y guarden sus partes privadas, y no muestren su belleza, excepto lo que se desprende de la misma y solo muestren  su belleza a sus maridos, padres, hijos…”  ¿Cómo puede ser posible que en pleno siglo XXI las mujeres deban llevar esta prenda?

Además de utilizarlo deben seguir una serie de criterios como: llevarlo al salir a la calle, que le cubra todo el cuerpo incluidas las manos, o también, que el tejido que les cubra los ojos sea lo suficientemente tupido, ya que incluso podrían ser maltratadas por llevar esos agujeros “demasiado grandes”.

Este régimen impuesto por los talibanes en 1997, no solo se conforma con arrebatar la identidad de las mujeres, sino que también les prohíben reírse en público, además de no poder salir a la calle sin la compañía de un familiar masculino directo. Si por alguna razón, descubren que la mujer lleva las uñas pintadas, el castigo sería cortarle los dedos.

Algunas mujeres señalan que la obligación de llevar esta prenda es un trauma, porque es humillante y dificulta además de la visión, todos los movimientos.

En muchas sociedades el burka está asociado con la opresión, el terrorismo y las creencias religiosas extremistas.

Ciertos países europeos prohíben esta prenda, siendo el primero de ellos  Francia, en el año 2014. Algunos países como  Dinamarca declaran  al respecto que: “…Por un lado tendríamos que dejar  que la gente se pueda vestir como quiera, pero, por otro, en una sociedad abierta y liberal, la gente tiene que mirarse a los ojos y encontrarse cara a cara... “

Actualmente en España no está impuesta esta medida, pero ¿debería nuestro país prohibir el uso de esta prenda?

                                                                                                                 Sofía Otero 1ºB  

1 comentario:

  1. Desde mi punto de vista: no, España no debería adoptar esta prohibición.

    Si bien coincido en que la manifestación civil de las costumbres religiosas musulmanas se podría tachar de ser radical, extremista o, incluso, de atentar contra la libertad de las personas (en este caso concreto, de las mujeres), no podemos señalar esta privación de libertad si vamos a responder ante ella con otra acción opresora.

    Los valores que Europa defiende, o pretende defender, no están acorde con una medida legal en contra de una forma concreta de vestir, y mucho menos en contra de todo un trazo cultural.

    Puede que el islam necesite una reforma en este aspecto, pero no creo que la forma de conseguirlo sea sumarse a una especie de genocidio ideológico que pretende aniquilar una costumbre solo por el hecho de no estar de acuerdo con ella.

    En mi opinión, que se considere siquiera tomar medidas así contribuye a la desigualdad, al racismo y al odio; que son valores que España, como país avanzado y "primermundista", no debería promover.

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