La presión social lleva con nosotros desde siempre y muchas
veces nos negamos a ver.
Desde pequeños, la sociedad nos crea una necesidad de
pertenecer a un grupo (de amigos, un club deportivo, un club de fans…), y esta
necesidad viene dada, en mi opinión, por la idea de ¿qué pensarán los demás de
mi si...?
Actualmente si uno no pertenece a nada y está solo es porqué
“no mola”, o “fijo que tiene algún problema”, o “es raro”. Pero ¿qué significa
ser raro?, ¿significa ser diferente?, ¿no pertenecer a los cánones que
establece la sociedad?
Una persona se expone a todas estas ideas desde niño, y
están más latentes en la adolescencia donde la gente diferente es el blanco
fácil para el acoso o el bullying, o si no haces lo mismo que tu grupo de
amigos se te tacha de blando o de aburrido. Cuando ya eres adulto y eliges una
carrera por vocación la gente se te echa encima diciendo que no tiene salidas y
que vas a ser un fracasado, que si vives con tus padres a los 30 estás
desaprovechando tu vida…etc.
Vivimos en una sociedad donde se premia lo común y se
castiga lo diferente, donde si expresar tu opinión en redes sociales (por
ejemplo) vas a ser bombardeado por mensajes de odio de gente que se esconde tras una pantalla y un usuario que puede llegar a
ser falso, donde hacemos las cosas porque el resto también las hacen, o
seguimos modas que en realidad no nos gustan pero, por el mero hecho de ser una
moda y que todo el mundo sigue, nosotros la sigamos también; y así millones de
ejemplos.
Con esto no quiero decir que estar en un grupo sea malo o
que por tener en cuenta las opiniones de los demás dejemos de ser nosotros
mismos, si no que nos respetemos y queramos tal y como somos sin importar lo
que el resto diga o deje de decir de nosotros. Es importante que, como personas
sociables, consigamos unas metas comunes con el resto de la sociedad y nos relacionemos
para conseguir lo mejor para todos, pero en mi opinión, estas metas nunca deben
de quebrar o romper la autonomía y libertad personal de cada uno de nosotros.
Pero ¿de quién es la culpa de que exista una presión
social?, ¿de los adultos?, ¿de los gobernantes? La culpa es nuestra, de la
sociedad entera, por dejarnos influenciar por lo que dicen los otros y no tener
ideas y pensamientos propios, es nuestra culpa por hacer cosas que en realidad
no nos gustan o no queremos hacer solamente para complacer al resto y ser
aceptados. Así que en mi opinión todos tenemos que ser raros, ser diferentes,
ser uno mismo y no guiarnos por el ¿qué dirán?
Marina Pacheco Blanco, 1ºA
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