martes, 6 de marzo de 2018

La presion social


La presión social lleva con nosotros desde siempre y muchas veces nos negamos a ver.
Desde pequeños, la sociedad nos crea una necesidad de pertenecer a un grupo (de amigos, un club deportivo, un club de fans…), y esta necesidad viene dada, en mi opinión, por la idea de ¿qué pensarán los demás de mi si...?

Actualmente si uno no pertenece a nada y está solo es porqué “no mola”, o “fijo que tiene algún problema”, o “es raro”. Pero ¿qué significa ser raro?, ¿significa ser diferente?, ¿no pertenecer a los cánones que establece la sociedad?

Una persona se expone a todas estas ideas desde niño, y están más latentes en la adolescencia donde la gente diferente es el blanco fácil para el acoso o el bullying, o si no haces lo mismo que tu grupo de amigos se te tacha de blando o de aburrido. Cuando ya eres adulto y eliges una carrera por vocación la gente se te echa encima diciendo que no tiene salidas y que vas a ser un fracasado, que si vives con tus padres a los 30 estás desaprovechando tu vida…etc.

Vivimos en una sociedad donde se premia lo común y se castiga lo diferente, donde si expresar tu opinión en redes sociales (por ejemplo) vas a ser bombardeado por mensajes de odio de gente que se esconde tras  una pantalla y un usuario que puede llegar a ser falso, donde hacemos las cosas porque el resto también las hacen, o seguimos modas que en realidad no nos gustan pero, por el mero hecho de ser una moda y que todo el mundo sigue, nosotros la sigamos también; y así millones de ejemplos.

Con esto no quiero decir que estar en un grupo sea malo o que por tener en cuenta las opiniones de los demás dejemos de ser nosotros mismos, si no que nos respetemos y queramos tal y como somos sin importar lo que el resto diga o deje de decir de nosotros. Es importante que, como personas sociables, consigamos unas metas comunes con el resto de la sociedad y nos relacionemos para conseguir lo mejor para todos, pero en mi opinión, estas metas nunca deben de quebrar o romper la autonomía y libertad personal de cada uno de nosotros.

Pero ¿de quién es la culpa de que exista una presión social?, ¿de los adultos?, ¿de los gobernantes? La culpa es nuestra, de la sociedad entera, por dejarnos influenciar por lo que dicen los otros y no tener ideas y pensamientos propios, es nuestra culpa por hacer cosas que en realidad no nos gustan o no queremos hacer solamente para complacer al resto y ser aceptados. Así que en mi opinión todos tenemos que ser raros, ser diferentes, ser uno mismo y no guiarnos por el ¿qué dirán?


Marina Pacheco Blanco, 1ºA

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