A la hora de entender la historia de nuestra especie se ha adquirido un carácter adrocéntrico en el que se relaciona a la figura masculina todos los logros conseguidos por nuestros antepasados.
En la Prehistoria por ejemplo siempre se suele representar al varón como el cazador, el que desarrolla las herramientas, el que realiza las pinturas rupestres y el protector de la comunidad. Como consecuencia a esta visión de la sociedad prehistórica la mujer se representa de una forma débil, indefensa y necesitada de una protección constante. Basándonos en esta interpretación del pasado el papel de la mujer se ve reducido únicamente a la procreación y al cuidado de los hijos.
Esta visión no supone un problema lo que plantea en si mismo, sino cómo lo plantea ya que no existe ninguna evidencia científica ni histórica de que las mujeres no se ocuparan de la caza o de la fabricación de herramientas, y que por lo tanto fueran los hombres los encargados de cuidar a los jóvenes y cocinar.
Es por eso por lo que nos encontramos ante un relato andrcéntrico; no es la sociedad que plantea, es que inmediatamente se le otorgan a la figura masculina todos los logros y un papel protagonista en la historia. En estas representaciones de la historia nos encontramos muy a menudo con la ginofobia, es decir, aparece un miedo a la mujer y a sus logros ya que esta debe quedar en un segundo plano.
A continuación compararemos esta idea anticuada de que en la prehistoria las mujeres únicamente se encargaban del cuidado de sus hijos con una serie de televisión donde plantea una sociedad distópica muy similar.
En 'El cuento de la criada' se plantea un sociedad futura en la que la mayoría de los individuos son estériles y no pueden dejar descendencia, así que tras una revolución y un cambio radical en la sociedad se vuelven a los "valores tradicionales" y cada familia adinerada cuenta con una criada fértil con la que el marido intentará tener descendencia, para ello se basan en un antiguo pasaje de la biblia para justificarse y buscar un pasado y una tradición, factores fundamentales para crear una nueva cultura.
Dejando a un lado que se trata de una ficción distópica en la que las mujeres en muchas ocasiones se ven obligadas a actuar contra su voluntad, plantemos que esta sociedad existiera realmente. Sería una conducta completamente etnocéntrica considerar esta comunidad como machista o primitiva ya que estaríamos juzgando desde nuestra propia interpretación de lo correcto.
Incluso decir que esta sociedad atenta contra los derechos humanos podría considerarse etnocéntrico ya que esos valores han crecido en base a nuestra cultura y con nuestros principios e ideas de lo digno.
Lo que nosotros consideramos como digno, por ejemplo que una mujer pueda acceder a cualquier trabajo, para ellos es una auténtica atrocidad ya que en sus culturas las mujer son un bien muy preciado y en ningún momento podría rebajarse a trabajar y a perjudicar su salud ya que son solo ella las que pueden dar descendencia y por ello deben llevar una vida tranquila. En definitiva, basándose en los valores de esta sociedad ficticia que la mujer trabaje se ve como un atentado a la dignidad de las mismas.
Así podemos observar como unas sociedades con características muy similares, en la que se trataba de representar la prehistoria se trata de una visión completamente androcéntrica, y en la narrada por 'El cuento de la criada' donde las mujeres fértiles son consideradas un bien muy preciado. Pero no deben ser entendidas, o aceptadas, del mismo modo como ya se ha planteados anteriormente.
Al mismo tiempo no podemos limitarnos a juzgar la sociedad ficticia basándonos en nuestros propios valores o en la que nosotros interpretamos digno ya que esa conducta sería etnocéntrica y se debe respetar que cada cultura posea sus propios valores.
Entonces, tras plantear estas objeciones, ¿podríamos considerar unos derechos universales o una escala de valores universales sin caer en el etnocentrismo?
ANDREA CASTRO DIOS
1º A
Si bien es cierto que las diferentes culturas no siguen todas la misma escala de valores, desentenderse completamente de las personas que viven en diferentes sociedades sería un enorme error.
ResponderEliminarNo ppdemos mirar hacia otro lado, o directamente no mirar, por el simple hecho de pertenecer a sociedades diferentes; nosotros debemos respetar por encima de todo a las personas, y no actuar aún sabiendo que viven en una cultura dónde no tienen ni voz, ni representación, ni libertad, sería lo mismo que desentenderse completamente de nuestras responsabilidades, puesto que, el ser humano no es sólo de las acciones que realiza y de sus consecuencias, también tiene una responsabilidad con todos los otros seres humanos.
Por lo tanto encargarse y conseguir que todos las personas, independiente de su cultura, tengan una vida digna y buena, es primordial para entender al ser humano y al proyecto común que tiene con los otros, para-con el mundo, para con la civilización.
ANDREA CASTRO DIOS, 1° A