miércoles, 6 de junio de 2018

La verdad de las mentiras

Desde hace poco menos de un mes, he estado viendo una serie de televisión llamada Merlí
la cual, trata sobre un profesor de filosofía que intenta hacer que sus alumnos piensen por sí
solos y de una forma más libre.
Este profesor, cuyo nombre es el mismo con el que se titula la serie, utiliza diferentes 
métodos que rompe el esquema de las clases habituales, provocando así, enfrentamientos
con los diversos profesores, alumnos e incluso familias.
En esta serie, se intenta hacer más cercana la filosofía, introduciendo en cada uno de los 
episodios a diversos pensadores o grupo de pensadores, como los peripatéticos, 
Schopenhauer, Hannah Arendt , Aristóteles y otros muchos.

Uno de los episodios que más me ha hecho reflexionar fue el cuarto de la segunda temporada,
que trata sobre Kant y sobre su reflexión sobre las mentiras.
Para abordar este tema, Merlí comienza planteándole a uno de los alumnos la siguiente
situación:
“Imagina que un hombre llega a tu casa pidiéndote esconderse allí porque otro hombre lo está 
persiguiendo para matarlo. Después, llega el asesino preguntándote si está allí el hombre al 
que busca. ¿Le dirías la verdad o mentirías para salvarlo?”
El alumno afirma que sí que lo haría, ya que, así si salvaría la vida de una persona. 
El profesor dice que, desde el punto de vista de Kant, en este caso tampoco se debería de
mentir.

Kant planteaba que el decir la verdad no debe depender de lo que el individuo quiera, desee o
considere lo correcto sino que decirla es la única opción correcta.
Al mismo tiempo, afirmaba que es preferible dejar morir a alguien, que mentir por su salvación,
ya que, lo considerado como normal es la verdad, por lo cual, mentirle a alguien implica que no
lo tratamos como nos gustaría que nos trataran a nosotros, o al resto de los seres humanos.
Por lo tanto, el deber de no mentir es una ley moral inviolable, ya que, si esta se convirtiera en
una ley universal, llevaría a realizarlo constantemente,  provocando en la gran mayoría de 
casos, desconfianza y situaciones incómodas entre los individuos de una sociedad. Esto 
repercute en que la vida en estas sociedades, no se podría llevar a cabo, pues la confianza nos
permite crear vínculos con el resto de individuos.
Además, si la mentira fuera una regla universal, todas las personas sabrían que todos mienten,
entonces la mentira ya no tendría el efecto esperado de engañar al otro.

Desde el comienzo de la especie humana, como la conocemos, hemos tenido la capacidad de 
poder modificar todo lo que transmitimos, sabiendo que algunas  de esas cosas son falsas y 
puede influir en la otra persona no de la forma correcta.
Por otra parte, desde pequeños, se nos educa diciendo que no podemos decir mentiras y que 
las mentiras son malas y solo lo dicen personas malas, pero al mismo tiempo nos están 
enseñando a mentir, como que en navidad vienen los Reyes Magos de Oriente, que si te cae
un diente viene el Ratoncito Pérez, la necesidad de tomar un zumo de naranja nada más
exprimirlo porque sino las vitaminas desaparecen  o simplemente cualquier pregunta sobre la
procedencia de los hijos.

Asimismo, la definición de mentir se puede interpretar de diversas formas, una de ellas es la 
siguiente:
“Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente.”
“Engaño sobre un conocimiento”
Mentir se refiere al engaño que realizamos sobre diferentes realidades, para informar a otros de 
forma incorrecta.
De esta forma, las mentiras no constan solo de una forma verbal, sino que también forman
parte de las mentiras los comportamientos diferentes, dependiendo de la situación, como el uso
de maquillaje, los tintes de pelo, la cirugía estética, la utilización de lentillas de colores...
Sin embargo, los seres humanos no somos los únicos en realizar esto ya que las plantas y los 
animales, utilizan diversas modificaciones en su comportamiento o apariencia para así no ser 
devorados y conseguir sobrevivir, provocando así un engaño.
La principal razón de este engaño, es conseguir una ventaja ante el otro y poder llegar a 
conseguir llegar a completar un fin. Se produce por la necesidad de satisfacer al interés
individual y no al interés común de los diferentes individuos de una sociedad.


Pero, ¿realmente las mentiras son una herramienta que nos puede llevar a destruir una
sociedad? ¿Sería posible vivir sin decir mentiras o al final conseguiríamos otros medios para
engañar?

Sara Irene de la Fuente 1ºA



No hay comentarios:

Publicar un comentario