domingo, 3 de junio de 2018

¿Por qué existen las fronteras?

El otro día estaba dando un paseo con mi perro por el bosque escuchando música cuando descubrí una canción que no conocía hasta entonces y que me gustó mucho.
La pieza se titula Why Are There Boundaries? (¿Por qué hay fronteras?), y la letra entera habla de como un niño le formula a las personas cercanas a él esta pregunta.
Al principio, pensé que simplemente era una tontería que sonaba bien, pero, pensándolo, yo no sabría responder la pregunta, así que llegué a mi casa y se la pregunté a mi madre, igual que el niño de la canción, y ella tampoco supo responderme.

Y entonces me lo planteé en serio: ¿por qué existen las fronteras?
Seguramente exista algún tipo de enrevesada explicación política que el común de los mortales desconoce y no se pregunta, pero no es esa explicación la que me interesa.

Lo que yo me pregunto es cómo y por qué la mente humana llegó, en algún punto de su evolución, a necesitar límites que diferenciaran ya no solo a los territorios, sino también a los individuos. La única respuesta que se me ocurriría es la necesidad de reafirmar la identidad propia; diferenciarse del otro, puede que incluso situarse por encima de él. Otra explicación alternativa sería la insaciable ambición del ser humano, arma de doble filo para su avance, teniendo en cuenta lo perjudicial que puede llegar a ser el exceso de ambición.

Estas mismas dos explicaciones podrían dársele a otras facetas inherentes al ser humano como son los sentimientos de propiedad, ya sea hacia cosas, personas, territorios, tradiciones...

Tomando por cierta esta hipótesis, nace una nueva cuestión.
Volviendo la vista atrás sobre la historia de la humanidad, es innegable la impresionante cantidad de conflictos que han provocado las fronteras, los sentimientos de propiedad y pertenencia y, en definitiva, el espíritu del hombre de reafirmar su identidad. Tengamos en cuenta todos los muertos, los heridos, los que han perdido a sus seres queridos, los daños materiales, las profundas cicatrices colectivas, la desconfianza, el miedo, el impacto demográfico y económico... todo ello en nombre de la identidad propia.
¿Tan sumamente prioritaria es para el humano su identidad?
¿Somos egocéntricos por naturaleza?

Os dejo el vídeo de la canción que menciono:
 

Dani Couso, 1ºB

No hay comentarios:

Publicar un comentario