domingo, 17 de junio de 2018

¿Quién nos representa?

Escuchamos en numerosas ocasiones la recurrente frase de ;"a mi la política no me interesa",  sin embargo no es posible concebir al hombre prescindiendo de su condición de ciudadano de una comunidad que esta construida en vista de algún bien, pues la política   incumbe a la condición humana, a su más propio modo de ser,  habitar conviviendo con otros hombre en la ciudad. Es decir, el hombre es un animal político, y se diferencia  de los demás animales porque frente a ellos, se le atribuye la presencia del logos, esto es lenguaje, palabra y razón.
¿A que se debe entonces la actual desilusión por parte de la ciudadanía en cuanto a la toma de aquellas decisiones que nos afectan a todos?
A mi parecer, en la actual democracia representativa se ha creado un abismo entre los ciudadanos y sus representantes. Distinguiendo  a los políticos como una clase social distinta de la nuestra, haciendo así de la política algo inaccesible para todo el mundo, atribuyendo pues esta importante función a una élite encargada de tomar decisiones trascendentales.
Como consecuencia, dentro de esa élite política se ha perdido en cierto modo una perspectiva real de la situación, y se han antepuesto intereses políticos, como el de intentar mantenerse en el poder, frente a los intereses ciudadanos.
A su vez, vemos el acceso a política como un gran ascenso social, en el que una vez en ella, el político se acomoda, y su única pretensión es permanecer en ella. Esto conduce a que las motivaciones para hacer política por parte de algunos de nuestros supuestos representantes no sean la necesidad de mejorar las ciudades, comunidades o los países  donde vivimos, sino que se reduce a una cuestión de consolidación social.
Tomamos el ejemplo de España, donde el constante bombardeo de noticas sobre corrupción ha conseguido que los ciudadanos  pierdan la ilusión en la política, relacionándola con  ese reducido grupo de personas trajeadas y tomando estos  una postura inactiva y conformista hacia la " clase política".
Desde mi punto de vista personal, no toda la ciudadanía esta totalmente representada en su conjunto, puede parecer por ejemplo que las clases trabajadoras no están suficientemente representadas en los parlamentos, pues el perfil de los diputados es bastante uniforme, y quizá  un registrador de la propiedad pueda defender los intereses de una trabajadora del hogar, sin embargo quien mejor conoce esos intereses es la propia trabajadora del hogar.

Xoana García Fernández 1ºF

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