Cuando reiteramos una y otra vez una proposición, puede convertirse
en una afirmación asentada en nuestra mente. En una gran cantidad de casos,
puede ser totalmente incorrecta. Sin embargo, se acepta como tal.
Esta acción de interiorizar, llevada a cabo tantas veces en
nuestros pensamientos, me recordó a lo que en principio sería mi knowledge question en teoría del conocimiento.
¿Hasta qué punto nos afectan las creencias limitadoras en
nuestro desarrollo integral como personas?
Las creencias limitadoras son ideas que permanecen en
nuestra mente como afirmaciones y nos impiden avanzar o nos bloquean en algún
sentido.
Por ejemplo, alguien se dice a sí mismo que por una mala
acción pasada es una mala persona. Se autoconvence de esto y con el tiempo, se
etiqueta como tal. Se describe con ese adjetivo y se conforma con esa idea. “Porque
soy así”. Como si fuera algo determinado, que haga que todo el futuro vaya a ser
inalterable.
Ahí comienza el grave
problema de este tipo de pensamientos.
La persona que se etiqueta como “mala” y cree que es así por
naturaleza, no se da cuenta de varios factores. Primero, que nadie es totalmente bueno ni
malo. Porque como humanos, imperfectos, con diversidad de defectos y
cualidades, cometemos errores, pero también hacemos el bien. Precisamente una
cualidad que nos caracteriza como personas es la capacidad de decisión y no
limitarnos a seguir instintos, por consecuencia, poner control a nuestras
acciones. O nuestra unión en sociedad para una mejor supervivencia, lo que requiere
un cierto nivel de bien común. Entonces, podremos decidir lo que nos parece
más adecuado y no actuar según la etiqueta de maldad.
Como se refleja en el caso anterior, se determina como verdadera
una ilusión de nuestra mente que impide que podamos lograr objetivos deseados y
bloquea el crecimiento como personas.
Este es tan solo un ejemplo, pero estoy segura de que todos
podéis pensar y encontrar alguna. Después de reconocerlo, podemos llegar a la
conclusión de que estas creencias solo ayudan a que disminuya la autoestima de
cada individuo, haciendo que se infravalore a la hora de llevar a cabo ciertas
acciones.
Entonces, ¿por qué no nos enfrentamos a ellas?
Lo más probable es que llegue un punto de convencimiento tan
fuerte, que la creencia esté muy asentada. Que la adquiramos como si fuera
parte de nosotros. Y que, en ese momento, no seamos “capaces” de abrir lo suficiente
la mente para reconocerla, enfrentarse a ella y demostrarnos a nosotros mismos
un poco de inconformismo para cambiarla.
Por lo tanto, teniendo en cuenta lo negativas que son estas ideas,
deberíamos hacer retro inspecciones para poder alterarlas y no dejar que
bloqueen nuestras motivaciones o usar sus etiquetas como excusas para no
mejorar.
Clara Ferrán, 1ºB
Clara Ferrán, 1ºB
No hay comentarios:
Publicar un comentario