domingo, 24 de marzo de 2019

La visión del futuro inmediato

Nuestra percepción del mundo es muy distinta según quienes seamos. No tienen la misma percepción y forma de entender el mundo un perro, un pájaro o un ser humano. Incluso dentro de este último grupo, todo es muy diferente dependiendo de la cultura, religión o edad.


En cuanto a este factor, la edad, esta influye en nuestra forma de entender el mundo. Por ejemplo un bebé no es consciente del concepto del espacio y la permanencia de las cosas, como lo tienen los adultos, hasta que cumplen los cinco o seis meses. Es decir, ellos no saben que cuando dejan de ver una cosa esta no desaparece sino que está fuera de su alcance de visión.
Su percepción sobre el tiempo también es distinta, los bebés solo se preocupan por el presente o futuro inmediato. Al contrario que los adultos que estamos determinados por el tiempo ya que toda nuestra vida gira entorno a él. A esa edad tan temprana no tienen ningún punto de vista hacia la vida, por ello solo se centran en el presente y sus necesidades
Cuando ya somos un poco más mayores cerca de los tres años, aún no podemos comprender el concepto de tiempo pero sí entender que existe, aunque sea una cosa que no podamos ver ni sentir. Esto hace que los niños vean el mundo como un presente continuo con muy poca visión a largo plazo. Debido a su mínima concepción del tiempo un bebé/niño pequeño, siempre está feliz en su presente inmediato ya que, no tiene razones para no estarlo. Esto cambia con el paso del tiempo, a medida que nos hacemos mayores la forma que tenemos de entender el mundo es más compleja. Nos preocupamos por las consecuencias de nuestros actos o por cómo nos puede cambiar la vida de un momento a otro, haciéndonos así más infelices.

Si pensamos no solo en la edad de los seres humanos sino que también en la época en la que viven casi todo cambia, excepto la forma de ver el mundo de un bebé ya que ellos solo son conscientes de sí mismos, sus necesidades y su presente. Sin embargo los adultos tienen una concepción distinta del mundo, ya sea de lo que somos nosotros dentro del universo o cómo entendemos el funcionamiento del mundo.

Por lo tanto nuestra percepción del mundo es muy distinta dependiendo de distintos factores como por ejemplo el momento de la historia en el que vivas. La época afectará en tus condiciones de vida por lo tanto en tu percepción del mundo y tus preocupaciones. Sin embargo la de un bebé no, porque al no tener ningún tipo de idea o pensamiento que se aleje de sí mismos y su presente, sus necesidades no están condicionadas por ningún elemento ajeno a ellos. Por ello bebés de distintas épocas ven el mundo de la misma forma.

María Pazos Míguez 1ºA

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