Ahora que estamos en una época donde nuestras notas cuentan para poder elegir nuestro futuro, sentimos que las exigencias aumentan de forma notable con relación a la etapa de secundaria. Y con estas exigencias viene de la mano el esfuerzo.
Muchas veces, ya sea en nuestras casas o en el instituto, sentimos que nuestro esfuerzo no es valorado. En mi caso, en algunas ocasiones he sentido que mis padres no aprecian el esfuerzo que hago estando en bachillerato y la diferencia que este curso está suponiendo respecto a la ESO. Como he mencionado anteriormente, las notas cuentan y, por ello, mis padres me exigen tener buenos resultados para que pueda elegir la carrera que quiero estudiar. Y, a pesar de estas exigencias, me están recordando continuamente que no estoy haciendo lo suficiente y que tengo que esforzarme más. Al decirme esto lo único que hacen es desmotivarme ya que ellos no entienden la dificultad que este curso ha supuesto para mí, por tanto, no están apreciando mi esfuerzo.
Comprendo la necesidad de los padres de presionar a sus hijos para que consigan buenas notas y de castigarlos cuando no lo hacen. Aún así, hay personas que se esfuerzan para conseguir esos buenos resultados pero no son capaces de hacerlo y, ante esto, los padres en lugar de premiar a sus hijos por haberlo intentado, los presionan todavía más e incluso les castigan.
Esta situación no solo ocurre con los estudios, y no son los padres los únicos que algunas veces no valoran el esfuerzo. Las personas se esfuerzan día a día para alcanzar sus objetivos, ya sean buenas notas o conseguir el primer puesto en una competición. Por ello, creo que deberíamos empezar a valorar más este esfuerzo, porque hay ocasiones en que se realizan sacrificios para conseguir algo que se quiere y muchas veces no se le da importancia.
En resumen, el esfuerzo significa superación y mejora, y es una cualidad positiva en los seres humanos. Por lo tanto, considero que mientras una persona se sienta satisfecha con los resultados que ha obtenido esforzándose, las demás personas deberían valorar lo que ha hecho y motivarle y ayudarle a que se siga esforzando para alcanzar resultados todavía más altos. Así que, ¿vosotros valoráis el esfuerzo de los demás o los criticáis por no haber conseguido lo que esperabais?
Isabel Paz Martínez 1ºB Bach
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