miércoles, 12 de junio de 2019

¿Es contradictorio definir la vida como sufrimiento y permitir la eutanasia?

Durante este último trimestre hemos estado tratando, entre otros temas, las filosofías orientales. Una de ellas es el budismo, la religión más importante del no teismo, cuyo objetivo es alcanzar el Nirvana, es decir, la liberación y paz interior. Esta filosofía se basa en Las Cuatro Nobles Verdades, que son las siguientes:

  1. La vida se define como un continuo sufrimiento.
  2. El sufrimiento surge del apego a las cosas.
  3. Para deshacernos de dicho sufrimiento debemos alcanzar el Nirvana.
  4. La cuarta verdad establece el camino al conocimiento.
A raíz del caso de Noa Pothoven, la joven holandesa que decidió terminar con su vida tras no ser capaz de superar los abusos y la violación que sufrió con tan solo 14 años, decidí relacionar el tema del suicidio asistido con el budismo.  Previamente a informarme sobre el tema tenía la idea de que esta religión no estaría a favor de esta práctica. Me resultaba contradictorio que se permita a alguien terminar con su vida si sufre o si cree que esa vida carece de sentido, mientras al mismo tiempo se define la vida como un continuo sufrimiento.

Tras informarme leyendo sobre el tema en distintos artículos y blogs llegué a la conclusión de que a pesar de que el budismo no hace referencia a permitir la eutanasia en ninguno de sus libros, no castiga dicha práctica. Consideran que la persona es libre de decidir terminar con su vida si dicho dolor, sea físico o psicológico, es insoportable y le impide llevar una vida digna. De hecho, se tienen dado casos de monjes que llevaron a cabo el suicidio y no fueron castigados. En mi opinión, este es un matiz muy interesante, porque concibe el derecho a la vida no como una obligación impuesta, sino como algo vinculado a la dignidad de esa vida. 

La verdad este es un tema que me ha dado bastante que pensar. Hace una semana veía estos dos conceptos completamente contrarios, quizás por culpa de una idea preconcebida que realmente no se basaba en nada sólido. Tras hablar bastante con familia y amigxs sobre este tema he conseguido cambiar dicha visión y ya no lo veo como algo tan paradójico. ¿Qué opináis vosotrxs? ¿Veis estas dos ideas contrarias o creéis que una cosa no quita la otra?

Clara Cidrás Fernández 1ºC

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