domingo, 9 de junio de 2019

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy



Día a día nos abordan situaciones que nos incitan a posponer tareas: “para qué voy a hacer hoy los deberes si los puedo hacer mañana”, “ya iré a la academia otro día” o “esto ya lo estudiaré”. Las escusas nunca faltan: no me encuentro inspirada, estoy muy cansada, aún tengo tiempo, tengo cosas más urgentes que hacer, etc. A este hecho se le conoce como “procrastinación”.
Yo misma he pospuesto esta intervención, semana tras semana, desde comienzo de curso. Me pregunto qué es lo que emocionalmente me ha llevado a dejarlo para más tarde.
En un principio podríamos pensar que posponemos el trabajo por pereza. Sin embargo, me he dado cuenta de que durante este tiempo de aplazamiento he madurado más mi intervención. He podido analizar mejor la información, organizar las ideas y encontrar un tema que de verdad ha conseguido inspirarme.
Aunque se diga que la procrastinación es uno de los pecados capitales de la sociedad moderna hay estudios que la defienden argumentando la conveniencia de esperar el máximo tiempo posible antes de tomar una decisión, para no precipitarnos. Esto puede ocurrir, por ejemplo, ante un conflicto. Puede ser más conveniente no reaccionar ante él inmediatamente, sino esperar y analizar en frío la situación.
Otra razón tiene que ver con que algunas veces las cosas terminan por solucionarse solas. Imagínate que finalmente el examen para el cual llevas un mes estudiando se cancela. Por desgracia, no podemos tomar esta situación como referencia, pero, ¿y si sí? Esto defendería que procrastinar puede suponer un ahorro de tiempo y energía.
Parece lógico que cada uno procrastine en un área diferente, posiblemente en aquello que le resulta más pesado o le cuesta más. Está claro que nadie aplazaría salir de fiesta con sus amigos.
Pero debemos tener cuidado para que esto no se convierta en nuestro modus operandi. Las consecuencias de procrastinar son a menudo: estrés, decepción o baja efectividad.
Una cuestión importante sobre la procrastinación es cómo ponerle fin. A medida que aplazamos tareas entramos en un ciclo del cuál es difícil salir. Siempre tendremos algo atrasado que hacer.
Si os encontráis con este problema, no os preocupéis. Hay muchos libros que os pueden aconsejar sobre cómo dejar de procrastinar, pero como no es mi caso, ya lo leeré otro día.
Y vosotros, ¿procrastináis?
Claudia Lareo Dopico 1ºA


No hay comentarios:

Publicar un comentario