Ana Arias Calvo,1ºBI
Tomar decisiones es una de las cosas más importantes en nuestra vida, ya que ellas nos influyen más de lo que creemos. En ocasiones decidir es complicado, en otras lo hacemos sin darnos cuenta, pero las decisiones son extremadamente necesarias.
Frecuentemente estas tienen consecuencias (unas a largo plazo y otras a corto plazo), por eso se debe pesar objetivamente y valorando todas las opciones antes de llegar al acuerdo.
Algo similar ocurre con la forma de actuar, debemos analizar cada situación rigurosamente, cada palabra dicha y escuchada para poder comportarse de la forma que nosotros hemos decidido.
Pero, ¿como sabemos que las decisiones que tomamos cada día son las correctas? ¿ como podemos conocer cuales serán las consecuencias de nuestros actos en el futuro?.
Esto es algo que siempre tenemos en cuenta a la hora de elegir una cosa u otra, por lo que siempre hay que arriesgarse al elegir, teniendo en cuenta nuestros principios y conocimientos previos.
En muchas ocasiones nuestras emociones y nuestros sentimientos nos afectan psicológicamente, aunque no lo parezca. Distintos psicólogos señalan la importancia de los sentimientos en la toma racional de decisiones para orientarnos en la dirección más adecuada y lógica. En la equidistancia entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras decisiones. Esto puede llegar a ser positivo o negativo, dependiendo de nuestro estado de ánimo.
En mi opinión, tanto las emociones como los sentimientos propios tienen una gran repercusión en nuestro día a día. Si una mañana nos levantamos "con el pie izquierdo", como suele decirse, todo lo vamos a percibir negativamente y no vamos a hacer lo que realmente deseamos. ¿Por qué nos ocurre esto? Porque nuestro estado de ánimo tiene más fuerza que nuestra inteligencia y nuestro conocimiento, lo que produce que no estemos pensando o actuando eficazmente, sino que ese sentimiento nos está afectando.
Esta consecuencia de las emociones se ve claramente en la película "12 hombres sin piedad" . Sobre todo se percibe en un personaje, aquel que había tenido problemas con su hijo anteriormente y eso lo llevaba a pensar que todos los hijos son igual de desagradecidos con sus padres. Él se aferraba a su sentimiento como padre abandonado y no admitía ningún argumento de los expresados por el protagonista. Esto le pasaba porque el sentimiento que él sentía era más fuerte que su inteligencia y que su razón, y esto le llevaba a no cambiar de postura ni a razonar. En este caso, su sentimiento le afectaba de forma negativa, ya que no estaba obrando adecuadamente.
Mi conclusión sobre este tema es la siguiente: debemos actuar y tomar decisiones conscientemente, dejando a un lado nuestras emociones, para poder actuar correctamente y ser eficaz en cada uno de los momentos de nuestras vidas.
Estoy de acuerdo con Ana cuando dice que nuestras emociones nos afectan mucho a la hora de intentar decidir de forma imparcial; pero yo diría que incluso nos manipulan, unas veces para bien y otras para mal.
ResponderEliminarCon detalles inolvidables en fechas espepciales es cuando se comparte con alegria haciendo que
ResponderEliminarla felicidad perdure mucho mas e incomparables recuerdos buenos.