Decir que
alguien es egoísta en todas sus acciones implica pruebas que demuestren que es
así, pero decir que el ser humano es egoísta supone tener una concepción de la
condición humana que lo justifique. Aun así solemos oir que las personas actúan
buscando un beneficio propio en cada una de las acciones que realizan, ya que aquellos
que realizan una acción, aparentemente desinteresada como dar una limosna, logran el beneficio de otra persona (en este
caso el indigente), además del suyo propio, como es tener la conciencia tranquila en este caso. Otro ejemplo claro
es el de la madre que teme por la vida de su hijo y compromete la suya para
protegerlo. En este caso nos preguntamos ¿qué es lo que realmente motiva su
acción?, ¿la protección de la vida de su hijo o el temor al sufrimiento de su
posible pérdida? Cuando realizamos alguna acción es porque existe una
motivación suficiente, es decir, queremos hacerlo
porque satisface una necesidad propia y, por tanto, así considerado todas
nuestras acciones son egoístas. Entonces, ¿es posible realizar algo que no
satisfaga el interés propio?
José
Rodríguez Vilas.
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