La
publicidad es el ejemplo que siempre se nos viene a la mente cuando pensamos en
cómo estamos sujetos a influencias de las que no siempre somos conscientes. El hecho
de que esto suceda en la publicidad debe llevarnos a pensar que puede ocurrir
de igual modo en otros ámbitos. Por ejemplo a veces actuamos de modo que
pensamos que tenemos el control sobre nuestras acciones pues desconocemos las
influencias que pesan sobre nosotros. Imaginemos el caso de alguien que juega a
la ruleta y cree que puede, tras analizar día tras día el giro de la “rueda de
la fortuna” calcular la probabilidad de que caiga en un número u otro. El
cálculo parece racional y todo parece indicar que es un juego de probabilidades
en el que el conocimiento de la probabilidad nos permitirá conseguir el premio
buscado. El que así actúa ya se ve con el premio en el bolsillo sin tener en
cuenta de que se está dejando llevar por una presunción que no tiene el
suficiente fundamento, que todo en el Casino está pensado para que crea
efectivamente que puede ganar, sin tener en cuenta que la probabilidad de
perder era mayor que la de ganar. Sin embargo, nos dejamos llevar por nuestras
expectativas de éxito, a pesar de que no tienen un fundamento suficiente. El
caso de la ruleta puede ser una metáfora de lo que ocurre en otras situaciones
de la vida, por lo que debemos considerar cómo es posible que tantas veces
actuemos bajo el influjo de influencias que pueden llevarnos a equivocarnos de
un modo tan estrepitoso. La ganancia parecía asegurada, ¿qué pasó entonces?
Mónica Rodeiro
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