A vueltas con la justicia...
Os propongo un ejemplo para vuestra presentación de
Teoría del Conocimiento a propósito de
unos sucesos delictivos, relacionados con la salud alimentaria, acaecidos en
nuestro país en los años 60, y que se repetirían en los años 80 con la
adulteración del aceite de colza, que provocó el llamado Síndrome Tóxico,
origen del envenenamiento de 60.000
ciudadanos españoles. En uno y otro caso, la ocultación de la verdadera causa
impidió la curación y la asunción de responsabilidades a su debido tiempo. Nos
encontramos con dos casos de “injusticia
epistémica”. Y con esta expresión nos referimos a la desigual distribución
del conocimiento y el flujo de información que permite a las personas tomar
decisiones sobre sus vidas. Ya sabéis todos que el control de la información es
uno de los más poderosos instrumentos de poder y dominación. ¿Acaso no se han basado siempre las
dictaduras en un sistema de injusticia epistémica?
Como nos cuentan los amigos de Escépticos
en el Pub: “El caso metílico forma parte de ese grupo de tragedias
inventadas por el hombre, solo superadas por las guerras y las grandes
catástrofes naturales. La bebida asesina provocó miles de muertos,
ciegos y lesionados en el año 1963, según las estimaciones del fiscal Fernando
Seoane, aunque las investigaciones judiciales se basaron solamente en las
pruebas obtenidas de la exhumación de 51 cadáveres, en los que se hallaron
restos de alcohol metílico en sangre.Aquella primavera algo inexplicable estaba
provocando extrañas y masivas muertes en Galicia y en Canarias, pero nadie era
capaz de aventurar su patogenia. En un primer momento se pensó en aneurismas
cerebrales o en una epidemia de meningitis. Marineros de Lanzarote fallecían en
pocas horas, al igual que decenas de campesinos en Galicia, pero ni el más
avezado de los investigadores podía intuir relación alguna entre ambos
episodios.
El Gobierno de Franco nunca reconoció el error cometido al permitir, sin ningún tipo de control, el libre comercio de metílico, y soslayó así cualquier responsabilidad que pudiera salpicar a la Administración del Estado. Cuatro años de intenso trabajo investigador, las declaraciones de 133 testigos, un juicio que se prolongó por espacio de un mes, y un brillantísimo informe del fiscal Fernando Seoane fueron precisos para aclarar el criminal entuerto. Al final, condenas de 140 años de cárcel pusieron el colofón a esta historia”.
El Gobierno de Franco nunca reconoció el error cometido al permitir, sin ningún tipo de control, el libre comercio de metílico, y soslayó así cualquier responsabilidad que pudiera salpicar a la Administración del Estado. Cuatro años de intenso trabajo investigador, las declaraciones de 133 testigos, un juicio que se prolongó por espacio de un mes, y un brillantísimo informe del fiscal Fernando Seoane fueron precisos para aclarar el criminal entuerto. Al final, condenas de 140 años de cárcel pusieron el colofón a esta historia”.
Tomando como base este caso concreto, se trata de reflexionar sobre la
Justicia así que se plantearan varias preguntas de conocimiento:
¿Existe La
Justicia o sólo una justicia temporal, contextual y dependiente del momento?
¿Cuál es la relación entre la noción social y la noción legal de la justicia?
¿Con qué parámetros puede decidirse si una ley es o no justa? ¿Qué significa
que la decisión de un juez es justa? ¿Son las leyes el límite de la Justicia?
¿Se podría condenar por delitos no tipificados en un Código Legislativo dado? Imaginemos
una sentencia del 9 de diciembre de 1948: ¿se deberían tener en cuenta unos
Derechos Humanos que serían proclamados al día siguiente? Y también lo
contrario: ¿debe el propósito de hacer justicia permitir a un juez apartarse de
una ley si ésta se estima socialmente injusta, por ejemplo liberar a un
homosexual cuando la homosexualidad estaba penada?
Nos vemos en Escépticos en el Pub.
Viernes, 27 de febrero.
Nuestro ponente: Fernando
Méndez: periodista y escritor ourensano. Es uno de los periodistas de
investigación más premiados de España en el ámbito de las
drogodependencias. Ha recibido galardones como el Premio Nacional Reina Sofía
de Periodismo (en dos ocasiones) y el Premio Xunta de Galicia sobre
Drogodependencias.
En sus 26
años de experiencia profesional trabajó en los diarios Faro de Vigo y La
Región, en las áreas de judicial, sanidad y sociedad, y en Televisión de
Galicia. Colaboró en Tiempo, RNE, Interviú, El Observador y Cambio 16, y
desempeñó cargos de jefe de prensa y director de comunicación en diferentes
instituciones de Galicia. Es máster en Drogodependencias y miembro de FAPE
(Federación de Asociaciones de Periodistas de España).
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